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En estos días, la Asociación de Internautas ha destacado el completo estancamiento del registro de dominios ".es". Teóricamente, este sufijo designa a los sitios web españoles. En la práctica, es posible que algunos internautas de nuestro país ni lo conozcan. Las causas, evidentes, son el altísimo precio y las trabas burocráticas para hacerlo. ¿Para qué registrar un dominio ".es" cuando cuesta entre cuatro y cinco veces más que un ".com"? ¿Para qué registrar un dominio ".es" cuando necesitas justificar hasta la saciedad que tienes derecho a registrarlo y, a veces, ni con esas? ¿Para qué registrar un dominio ".es" cuando pueden tardar meses en concedérnoslo graciosamente, si los dominios genéricos los puedo adquirir con un par de clics del ratón?

Si realmente el Gobierno tiene algún interés en fomentar el registro de estos dominios necesita recorrer dos caminos. El primero es la eliminación completa de trabas a la hora de registrar. Si quiero registrar "pique.es" y soy el primero, no debe haber problema alguno. Se pueden establecer reglas generales para dirimir conflictos, de modo que la Administración y, en último caso, los tribunales, decidan quien tiene derecho sobre un dominio. Por ejemplo, que el poseedor de una marca comercial registrada con anterioridad al registro del dominio del mismo nombre tenga preferencia. Pero que esas normas sólo se empleen cuando haya un conflicto, no antes.

El segundo es, por supuesto, la completa privatización del servicio. Resulta absurdo que, en un momento en que se busca gestionar de forma privada los servicios públicos para hacerlos más eficientes, permanezca bajo la pesadez burocrática del sector público un elemento tan esencial para Internet como es el registro de dominios. Aún cuando se licenciara como monopolio privado, tendría una competencia tan feroz por parte de los dominios genéricos que no le quedaría más remedio que bajar los precios y mejorar la rapidez si quisiera ganar tres euros.

De paso, ya que están, pueden desmantelar red.es, cuyos dos servicios a los internautas, el de registro de dominios y el centro de alerta antivirus, destacan por su lentitud e ineficiencia. Siento tener que decirlo, pero el bonito logo que acaban de estrenar no justifica su existencia. Eso sí, no se queden con el dinero que cuesta. Que nos lo devuelvan.

Daniel Rodríguez Herrera es editor de Programación en castellano.

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