España cuenta con uno de los parques automovilísticos más grandes de Europa, con más de 29 millones de vehículos, pero también es uno de los más antiguos, con una media de 14,5 años. Esto hace esencial el control y la comprobación del buen estado de turismos, furgonetas, camiones o autobuses.
Y más, teniendo en cuenta las cifras de mortalidad registradas en 2024; solo en verano, 241 personas han fallecido en accidentes de tráfico. Durante el mismo período, 952 personas han resultado heridas de gravedad.
Por ello, y considerando las últimas cifras de la ITV publicadas por el Ministerio de Industria, se estima que más de 3 de cada 10 vehículos no acuden a las inspecciones obligatorias en las fechas establecidas. España ha decidido replicar las prácticas adoptadas en otros países de la Unión Europea, conocidas como "ITV móvil".
De forma aleatoria y en plena vía pública
Desde AECA-ITV, Asociación Española de Entidades Colaboradoras en la Inspección Técnica de Vehículos, han asegurado que, aunque muchos conductores lo desconozcan, todos los vehículos pueden ser sometidos a inspecciones complementarias de forma aleatoria y en plena vía pública.
Se trata, por tanto, de inspecciones técnicas sorpresa en carretera que se realizan por la autoridad competente en materia de tráfico o con la presencia de unidades móviles de ITV. El objetivo de estas inspecciones es garantizar que los vehículos que circulan cumplan con la legislación vigente, tanto en seguridad vial como en protección del medio ambiente.
Estas inspecciones en carretera serán realizadas exclusivamente por los agentes de la autoridad responsables del tráfico, ya que son los únicos con competencia para llevarlas a cabo fuera de las estaciones de ITV. Las últimas revisiones se están efectuando con medios más precisos y complejos, además del acompañamiento de personal de estaciones de ITV, siempre supervisados por los agentes.
Camiones y transportes, los más vigilados
Solo en los primeros seis meses de 2024, se han realizado unas 6.000 inspecciones sorpresa. Muchas de ellas han sido efectuadas a camiones y transportes profesionales, donde, además, se vigilan las cargas y los horarios de conducción.
Si en estos controles se detectan irregularidades, como defectos graves o muy graves, los conductores deben corregirlas y presentar posteriormente sus vehículos en una estación fija de ITV, asegurando así la reparación. Esto conllevará una sanción y una multa correspondiente, en caso de que se circule con la ITV caducada.
Existen dos formas de realizar estas inspecciones: de manera visual, realizada exclusivamente por los agentes de seguridad, y la segunda, utilizando una unidad móvil con los equipos necesarios y personal técnico para su ejecución.
En ambos casos, se comprueban los principales elementos de seguridad y propiedad del vehículo, es decir: la identificación, los sistemas de frenado, dirección y visibilidad, con sus respectivos equipos de alumbrado y componentes del sistema eléctrico. También se revisan los sistemas de ejes, ruedas, neumáticos y suspensión, así como el chasis y sus elementos acoplados, además de comprobar los elementos contaminantes. Si se detecta algún fallo grave, el vehículo podría ser dirigido por los agentes de tráfico a una estación ITV fija para su inspección.