L D (EFE)
Los servicios de socorro han logrado ya recobrar los cuerpos sin vida de dos de las víctimas, y localizar a otras dos, que también se ha comprobado que están muertas. Un responsable del rescate declaró que “no hay dudas de que el quinto accidentado también es ya cadáver a la vista de la magnitud del desastre”.
Los primeros dos cadáveres sacados de entre el amasijo de escombros causados por el derrumbamiento son de nacionalidad brasileña, informó la policía portuguesa. Los bomberos de Ourique y Almódovar, las localidades más cercanas al lugar del siniestro (a unos 150 kilómetros al sur de Lisboa), que han desplazado ocho vehículos al lugar, tratan de recuperar otros dos cuerpos sin vida, estos de dos trabajadores oriundos de Guinea-Bissau, con ayuda de dos grúas y una excavadora.
Las víctimas estaban empleadas por la empresa constructora Sopol, subcontratista de las obras del último tramo en ejecución de la autopista portuguesa A-2, que liga Lisboa con la región meridional del Algarve. Un inspector del cuerpo de bomberos en la zona dijo que “no sabemos que ocurrió. Técnicamente, parece que todo se hizo correctamente, pero parece una pasarela del viaducto no consiguió soportar el peso del hierro y el cemento del forjado, y se desplomó”.
Un portavoz de Brisa, la empresa concesionaria de la autopista portuguesa, declaró pocas horas después de la tragedia que “se ha respetado todos los procedimientos de control del proyecto y ejecución de la obra” y por tanto declinó cualquier responsabilidad en el accidente. El último tramo pendiente de la autopista A2, que discurre por la región del Alentejo y que debe facilitará también los viajes desde la comunidad española de Andalucía a la capital lusa, debería completarse en julio de 2002.
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Los primeros dos cadáveres sacados de entre el amasijo de escombros causados por el derrumbamiento son de nacionalidad brasileña, informó la policía portuguesa. Los bomberos de Ourique y Almódovar, las localidades más cercanas al lugar del siniestro (a unos 150 kilómetros al sur de Lisboa), que han desplazado ocho vehículos al lugar, tratan de recuperar otros dos cuerpos sin vida, estos de dos trabajadores oriundos de Guinea-Bissau, con ayuda de dos grúas y una excavadora.
Las víctimas estaban empleadas por la empresa constructora Sopol, subcontratista de las obras del último tramo en ejecución de la autopista portuguesa A-2, que liga Lisboa con la región meridional del Algarve. Un inspector del cuerpo de bomberos en la zona dijo que “no sabemos que ocurrió. Técnicamente, parece que todo se hizo correctamente, pero parece una pasarela del viaducto no consiguió soportar el peso del hierro y el cemento del forjado, y se desplomó”.
Un portavoz de Brisa, la empresa concesionaria de la autopista portuguesa, declaró pocas horas después de la tragedia que “se ha respetado todos los procedimientos de control del proyecto y ejecución de la obra” y por tanto declinó cualquier responsabilidad en el accidente. El último tramo pendiente de la autopista A2, que discurre por la región del Alentejo y que debe facilitará también los viajes desde la comunidad española de Andalucía a la capital lusa, debería completarse en julio de 2002.
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