L D (EFE)
El poeta y académico de la lengua falleció a las 14.30 horas de este sábado, con ochenta años de edad, en el Hospital Carlos III de Madrid, donde había sido ingresado el viernes a causa de una grave afección respiratoria, según fuentes familiares. Hierro fue ingresado en noviembre de 2000 a causa de un infarto de miocardio y un enfisema pulmonar, que se agudizó, provocando nuevos ingresos, en octubre de 2001 y el pasado mes de mayo, y que finalmente ha causado una insuficiencia respiratoria fatal.
El poeta era una de las figuras más sobresalientes de las letras españolas, relevancia reconocida con premios como el Reina Sofía (1995), el Cervantes 1998, el Nacional de Poesía (1953 y 1999), de las Letras (1990) y de la Crítica (1958 y 1965) o el Príncipe de Asturias de las Letras (1981). Su capacidad de síntesis, ejercicio obligatorio para los periodistas que él convirtió en la clave esencial de su poesía, le sirvió para lograr que sus versos tuvieran una fuerza expresiva magnética.
Fumador empedernido, el humo daba a su voz una textura quebradiza, pero su adicción al tabaco acabó por cobrarse su vida a plazos, con un enfisema pulmonar cuyo débil corazón apenas pudo soportar durante estos últimos años.
El poeta era una de las figuras más sobresalientes de las letras españolas, relevancia reconocida con premios como el Reina Sofía (1995), el Cervantes 1998, el Nacional de Poesía (1953 y 1999), de las Letras (1990) y de la Crítica (1958 y 1965) o el Príncipe de Asturias de las Letras (1981). Su capacidad de síntesis, ejercicio obligatorio para los periodistas que él convirtió en la clave esencial de su poesía, le sirvió para lograr que sus versos tuvieran una fuerza expresiva magnética.
Fumador empedernido, el humo daba a su voz una textura quebradiza, pero su adicción al tabaco acabó por cobrarse su vida a plazos, con un enfisema pulmonar cuyo débil corazón apenas pudo soportar durante estos últimos años.
