Estos son los beneficios de comer ajo crudo en ayunas

El ajo es uno de los alimentos más antiguos que existe y, desde la Antigüedad se ha estado consumiendo con fines terapéuticos. Hay que recordar que su origen se sitúa en Asia Central y, más tarde, en Grecia se consumía como prevención de multitud de enfermedades. Para hacerse una idea, en el antiguo Egipto era tan importante su consumo, que la suspensión de la ración diaria de ajo a los obreros de las pirámides provocó la primera huelga de la historia. En la actualidad, el ajo es conocido como un alimento funcional gracias a su alto contenido de compuestos bioactivos, especialmente la alicina, que le otorga propiedades medicinales excepcionales.

Por ello consumir ajo crudo en ayunas es una práctica popular en muchas culturas tradicionales debido a sus beneficios para la salud. En realidad el ajo puede consumirse crudo o empleándolo en numerosas recetas. Tradicionalmente, en la dieta mediterránea, el ajo crudo se ha venido consumiendo frotando un diente de ajo pelado en pan crujiente, acompañado de aceite de oliva virgen extra. También es costumbre entre algunas personas, tomar el diente entero en ayunas sin masticar. Otra receta consiste en picar unos tomates y añadir ajo crudo finamente troceado, además de un poco de sal, aceite de oliva y perejil. Obviamente tampoco se puede pasar por alto que el ajo crudo puede consumirse en salsas como el mojo picón canario o el pesto de albahaca italiano.

Pero, ¿por qué es tan beneficioso y popular el ajo crudo? Uno de los motivos es que el ajo es un alimento que conviene tener presente en la cocina gracias a sus propiedades terapéuticas, como ayudar a reducir el riesgo de cáncer, prevenir enfermedades del corazón o aumentar la esperanza de vida. Tanto es así que, de acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud estadounidenses las diferentes culturas del planeta llevan siglos recurriendo al poder curativo del ajo. No obstante, y aunque el ajo no es la panacea, algunas investigaciones apuntan a que, como parte de una dieta equilibrada, es muy beneficioso para la salud.

¿Por qué el ajo es considerado un superalimento?

El ajo, conocido científicamente como Allium sativum, es rico en compuestos sulfurados, polisacáridos, saponinas, fructosanas (oligosacáridos que funcionan como prebióticos), vitaminas A, B1, B3, B6, C, y minerales, como el hierro, el sílice, el azufre y el yodo. La clave de su poder se concentra principalmente en dos sustancias: la alicina y la adenosina. Eso sí, es importante tener claro que, en función de la manera en la que se consuma el ajo, se activará uno u otro componente. En concreto, cuando se toma el ajo crudo, se potencia la alicina. En cambio, si los dientes son cocinados, se produce la adenosina.

Beneficios de consumir ajo crudo

Uno de los principales beneficios del ajo crudo en ayunas es su capacidad para mejorar la salud cardiovascular. El motivo es que uno de sus componentes, la alicina, ayuda a reducir los niveles de colesterol LDL (el "malo") y a aumentar el HDL (el "bueno"), contribuyendo a prevenir enfermedades como la aterosclerosis. También actúa como un vasodilatador natural, ayudando a reducir la presión arterial en personas con hipertensión. Pero no solo eso sino que previene las obstrucciones arteriales o arteriosclerosis que causan la mayoría de los infartos al corazón y derrames cerebrales.

El ajo también fortalece el sistema inmunológico. Su contenido de antioxidantes y compuestos antimicrobianos ayuda a combatir infecciones bacterianas, virales y fúngicas. Por ello, consumirlo en ayunas puede aumentar las defensas del cuerpo, especialmente durante temporadas de gripe y resfriados. En general, se ha demostrado que consumir un poco de ajo casi todos los días de la semana contribuye a reforzar la función inmunitaria. De hecho, de acuerdo con un estudio, incluir un par de dientes de ajo crudo en la comida activa las células inmunitarias.

Otro beneficio notable es su papel en la desintoxicación del cuerpo. El ajo crudo estimula la función hepática y promueve la eliminación de toxinas acumuladas en el organismo. Además, su efecto antioxidante protege las células del daño causado por los radicales libres.

Pero también, para quienes buscan mantener un peso saludable, el ajo puede ser un aliado. Se ha demostrado que acelera el metabolismo y ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre, favoreciendo el control del apetito y la pérdida de peso. Asimismo, el ajo tiene propiedades antiinflamatorias y puede aliviar síntomas de enfermedades crónicas como la artritis. También favorece la salud digestiva al equilibrar la microbiota intestinal, gracias a su acción antimicrobiana que combate bacterias dañinas sin afectar a las beneficiosas.

Y, por si fuera poco, el ajo sirve como tratamiento de las afecciones en las vías respiratorias, efecto descongestionante, promoviendo la desinfección, desinflamando los bronquios y como expectorante. Además, su poder antioxidante es beneficioso para la piel.

Pero, ¿cómo pueden obtenerse todos estos beneficios? Para obtener estos beneficios, se recomienda consumir un diente de ajo crudo en ayunas, machacado o picado para liberar la alicina. Sin embargo, quienes sufren problemas estomacales, como gastritis, deben consultar a un médico antes de incluirlo en su dieta diaria.

Desventajas del ajo crudo

Es bien conocida la principal desventaja de comer ajo crudo, el mal aliento y, para poder prevenirlo se pueden masticar hojas de menta fresca, hierbabuena o incluso perejil. Comer manzana después de consumir ajo crudo también ayuda a reducir el mal olor. Otra alternativa consiste en enjuagar la boca con medio vaso de agua con una cucharadita de bicarbonato. Pero, si no se tiene mucho tiempo se puede masticar chicle para refrescar el aliento, lo que disimulará el olor y estimulará el flujo salival, ayudando a eliminar las partículas de ajo de la boca.

Otra opción para eliminar el temido mal aliento que deja el ajo es cambiar el ajo tradicional por ajo negro. Hay que recordar que este subproducto del ajo está repleto de beneficios para la salud y, sin embargo, goza de un sabor dulce y un contenido menor en compuestos organosulfurados, lo que elimina la sensación de picor y mal aliento característicos del ajo crudo.