
Los abrazos se repiten diariamente en los hogares, el lugar de trabajo, entre amigos, en el aeropuerto, una estación de tren... los humanos los realizan como muestra de cariño pero nadie, o casi nadie, se ha parado a pensar si es beneficioso para la salud. De hecho, diferentes estudios sociológicos han demostrado que el ser humano es un animal social por naturaleza y, por este motivo, mantener un buen vínculo con los allegados se traduce en una vida más feliz, pero también más longeva y sana. ¿Por qué? La respuesta está en que las emociones, incluso aquellas de duración muy limitada, están estrechamente ligadas a la salud física.
Si uno se da cuenta, el estrés prolongado puede desencadenar un proceso en el sistema nervioso simpático que deja a los folículos pilosos sin melanocitos, fomentando la aparición de canas. Asimismo, el sistema digestivo es uno de los más afectados por los periodos de estrés y ansiedad debido al vínculo entre el cerebro y el intestino, dos órganos que se encuentran en constante comunicación. Pero no hay que alarmarse ya que, al igual que las emociones, no todo son afectaciones negativas. No está de más recordar que los abrazos logran desencadenar un mecanismo químico que reduce el estrés y propicia el bienestar físico y mental.
Pero, ¿cómo puede explicarse este hecho? Según la neurociencia, el abrazo reduce la segregación de cortisol, permitiendo que se libere oxitocina y serotonina, neurotransmisores reconocidos como hormonas de la felicidad. Además, estabiliza la frecuencia cardíaca, disminuye la presión arterial y fortalece el sistema inmunológico. Este gesto es algo fundamental como parte de la afectividad humana, de hecho, 9 de cada 10 personas les dan mucha o bastante importancia en sus relaciones personales y el 95% considera que éstos ejercen un efecto positivo sobre su bienestar emocional.
¿Qué ocurre en el cuerpo cuando las personas se abrazan?
Cuando existe un contacto cuerpo con cuerpo entre dos personas, conocido como el abrazo, los corpúsculos de Meissner reciben la señal del tacto y la envían a la corteza cerebral. También los mecanorreceptores, especialmente numerosos en manos y labios, reciben estímulos como la temperatura o la presión, que luego es codificada cerebralmente y asimilada como una caricia, pellizco, cosquillas, abrazos…Según algunas investigaciones, cuando dos personas se abrazan, suceden los siguientes episodios en el organismo:
- Se segrega oxitocina y endorfinas que reducen los niveles de cortisol y adrenalina y ayudan a sentirse más relajado.
- Se libera serotonina y dopamina que contribuyen al bienestar y la calma.
- Se activa el sistema límbico encargado de la regulación emocional, eso contribuye a reforzar los vínculos afectivos como la confianza o el apego.
Beneficios de los abrazos
- Reduce el estrés y ansiedad
Los abrazos ayudan a sentirse en calma, disminuyendo los niveles de estrés y ansiedad, incluso ayudan a combatir el cortisol, que es una hormona que se libera en situaciones de estrés y esto permite contrarrestar las consecuencias fisiológicas de estar estresado. Cuando una persona cercana está pasando por un momento dolorosos o incómodo, o si han tenido un día bastante difícil, un abrazo los puede ayudar a relajarse y sentirse seguros.
El motivo es que, durante un abrazo, el cuerpo libera oxitocina, conocida como la "hormona del amor", que ayuda a disminuir los niveles de cortisol, la hormona del estrés. Esto no solo genera una sensación de calma y seguridad, sino que también mejora el estado de ánimo y fomenta la conexión emocional con los demás.
- Baja el ritmo cardiaco y presión
Así como los abrazos ayudan a reducir el estrés y la ansiedad, dar abrazos con frecuencia puede disminuir la presión arterial y, por lo tanto, el riesgo de enfermedad cardiaca. Esto se debe al efecto relajante y tranquilizador que produce este tipo de contacto físico. De hecho, diferentes estudios han demostrado que las personas que reciben abrazos frecuentes tienden a tener menos problemas cardíacos y una mayor resiliencia ante situaciones estresantes.
- Mejora el ciclo de sueño
El efecto relajante que produce un abrazo ayuda a dormir mejor y ni se diga cuando se duerme abrazado con la pareja. El motivo es que los abrazos reducen los niveles de la hormona de cortisol y aumentan la melatonina. Ambas hormonas son clave para regular el ritmo circadiano y es que conforme se va a cercando la noche y la hora de dormir, el cortisol baja, mientras que la producción de melatonina tiende a subir.
- Mejora la autoestima
Los abrazos transmiten mucho y pueden utilizarse para dar seguridad, demostrar amor y conectar con los demás, incluso cuando una persona se siente triste o con baja autoestima, el hecho de abrazarla la puede ayudar a recordarle que no está sola y darle un sentido de pertenencia.
- Reduce el dolor
Hasta ahora, se han mencionado muchas de las hormonas que se liberan con el contacto físico, pero hay otra hormona importante llamada endorfina, también conocida como la hormona que te hace "sentir mejor". En personas con dolores crónicos como la fibromialgia, el contacto físico que se da a través de los abrazos y otros tipos de tratamiento que involucran el tacto, los puede ayudar a reducir el dolor e incrementar su calidad de vida.
- Ayuda al sistema inmune
A través de la regulación de las hormonas, incluyendo la oxitocina y el cortisol, los abrazos pueden afectar positivamente la respuesta del sistema inmune frente a las enfermedades. Eso no quiere decir que uno ya no vaya a enfermar, sino que puede ayudar a disminuir los síntomas graves. El motivo es que el contacto físico estimula la producción de glóbulos blancos, que son esenciales para combatir infecciones.
- Antídoto contra la soledad
En el ámbito emocional, los abrazos son un potente antídoto contra la soledad y la ansiedad. Proporcionan un sentimiento de pertenencia y apoyo, lo que es especialmente importante en momentos difíciles. Las personas que reciben abrazos con regularidad reportan sentirse más felices y menos propensas a la depresión.
- Mejora las relaciones
Las relaciones entre personas pueden mejorar a través de los abrazos. Los abrazos crean una conexión más profunda e íntima que la comunicación verbal y mediante el contacto físico, creas lazos y confianza que hacen que las personas se sientan más cercanas a ti. Incluso los abrazos breves pueden crear un impacto duradero en las emociones y conexiones sociales.

