
El astrofísico de Harvard Avi Loeb ha presentado una propuesta revolucionaria: impulsar una investigación científica sin precedentes sobre los fenómenos anómalos no identificados —UAP, por sus siglas en inglés— mediante un ambicioso plan dotado con mil millones de dólares y respaldado por inteligencia artificial. Loeb plantea que esta iniciativa, inspirada en el histórico Proyecto Manhattan que desarrolló la bomba atómica, podría finalmente responder a una de las preguntas más antiguas de la humanidad: ¿estamos solos en el universo?
El proyecto de Loeb
Lejos de las teorías conspirativas o los relatos sin evidencia, Loeb defiende una aproximación rigurosa, basada en datos verificables y análisis científico. "Los UAP podrían representar tecnologías avanzadas de origen desconocido, con implicaciones clave para la seguridad nacional. Merecen, al menos, una fracción del presupuesto que tuvo el Proyecto Manhattan, es decir, unos mil millones de dólares actuales", dijo Loeb en una entrevista con NewsNation.
Loeb apuesta por el Proyecto Galileo, que reuniría a un equipo de expertos para identificar objetos aéreos no identificados utilizando datos recopilados por sensores avanzados, con el fin de determinar si estos tienen un origen exótico o solo son una falsa alarma. Todo ello para conseguir la máxima seguridad aérea e innovación tecnológica.
Su propuesta incluye el desarrollo de un sistema nacional de sensores avanzados y algoritmos de inteligencia artificial capaces de identificar objetos en el cielo, incluso aquellos más pequeños que el globo espía chino detectado en 2023. Este sistema serviría no solo para reforzar la seguridad aérea, sino también para disipar la incertidumbre que rodea a los informes oficiales sobre UAPs.
Espacios seguros e información relevante
Además, Loeb cuestiona el trabajo de la actual Oficina de Resolución de Anomalías en Todos los Dominios (AARO) del Pentágono, a la que acusa de trabajar con datos obsoletos y sin contar con el mejor talento científico. En contraposición, su proyecto reuniría a los investigadores más destacados del mundo académico para analizar información nueva, confiable y en tiempo real.
Más allá de la seguridad o la ciencia, Loeb subraya que este esfuerzo también podría acercarnos a un descubrimiento histórico: la existencia de tecnología extraterrestre. "Sería absurdo invertir 10 mil millones de dólares en telescopios para buscar microbios en exoplanetas lejanos sin destinar al menos un 10% de ese presupuesto al estudio de objetos anómalos aquí mismo, cerca de la Tierra", afirmó Loeb.
Con esta propuesta, Loeb no solo busca respuestas, sino también ofrecer certidumbre a la población: saber que todo lo que sobrevuela nuestro planeta ha sido identificado, analizado y comprendido.

