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Evita que las plantas se marchiten con el calor del verano cumpliendo con estos cuidados básicos

Las claves de un buen cuidado se basan en tareas tan sencillas como el control de riego y luz directa a la que se exponen las macetas.

Las claves de un buen cuidado se basan en tareas tan sencillas como el control de riego y luz directa a la que se exponen las macetas.
El cuidado de las plans en verano | Pixabay/CC/schauhi

Las plantas requieren de cuidados constantes, sobre todo en la temporada de verano, ya que las altas temperaturas pueden generar necesidades especiales. Sin embargo, sobrepasarse puede generar resultados tan nefastos como lo sería olvidarse por completo del mantenimiento de estas. En otras palabras, es de vital importancia revisar el riego, la exposición solar y el estado del sustrato, y adaptar estos cuidados básicos a las temperaturas de cada estación. Asimismo, no puede faltar un control de plagas para prevenir hongos y bacterias.

La tierra

La calidad del suelo de un jardín o la tierra de una maceta debe ser óptima para que las plantas y cultivos crezcan de forma correcta. Para ello, existen dos elementos clave.

  • El sustrato: dependiendo de la especie las necesidades cambian y se puede requerir de un tipo de tierra u otra, por ejemplo, que esté más arenosa o que sea compacta, etc. Asimismo, el nivel de pH no siempre debe ser el mismo. Por ello, es vital averiguar qué necesitan las plantas antes de ser trasplantadas.
  • El drenaje: evitar que el agua se acumule es también esencial, ya que esto puede generar que las raíces de las plantas se pudran. Para que esto no ocurra, en el caso de las macetas, los expertos en botánica recomiendan instalar en la parte inferior una capa de grava o de arcilla, o utilizar recipientes con agujeros en la base.

La exposición solar

A veces las hojas de las plantas se tornan oscuras o se queman, esto es señal de una sobreexposición a los rayos de luz solar. Por lo general, las más afectadas suelen ser las macetas de interior, ya que no suelen estar habituadas a una iluminación tan intensa. La mejor opción es no dejar las plantas durante un periodo de tiempo demasiado largo en zonas donde da el sol de forma directa y tratar de ubicarlas en sitios entre sol y sombra.

El riego

Es sumamente habitual, entre los jardineros principiantes, regar en exceso durante el verano. La mayoría de la gente piensa que al subir las temperaturas, las plantas requieren de una mayor cantidad de agua, y aunque, no están del todo desencaminados, a veces esta idea termina provocando que las plantas se ahoguen.

La clave es comprobar el estado del sustrato, para ello, se debe palpar la tierra; si esta está seca, se debe regar, en caso contrario lo más probable es que la planta no necesite de agua. Asimismo, la hora en la que se riega es un factor decisivo. El calor hace que el agua se evapore con mayor rapidez, por ello, la mejor opción es hacerlo a primera o última hora del día, cuando el sol ya se ha ocultado.

El control de plagas

El calor es ideal para el cultivo de organismos microscópicos y plagas de múltiples tipos, que se alimentan de las propiedades y nutrientes de las plantas, dejándolas debilitadas o matándolas. Por ello, se debe revisar periódicamente el estado de las hojas y prevenir infecciones con pesticidas libres de químicos o insecticidas ecológicos que no dañen la planta.

En resumen, las plantas tienen necesidades en común, pero estos cuidados se deben administrar de forma distinta dependiendo de la especie y sus características particulares. También es importante no excederse con los pesticidas químicos y añadir fertilizantes naturales, como el abono o el compostaje orgánico.

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