Olivia Farnsworth es una adolescente británica con una inusual mutación que le impide sentir dolor, hambre y sueño. La menor fue eco de varias noticias con tan solo seis años, tras sufrir un grave accidente de coche donde un vehículo la arrastró más de 20 metros. La niña, lejos de llorar o mostrar signos de dolor, se levantó como si nada, a pesar de tener marcas evidentes de neumático en la piel y quemaduras. Esta extraña historia no tardó mucho en dar la vuelta al mundo.
Los médicos aseguran que el motivo por el cual Olivia sobrevivió al accidente es porque su cuerpo, al no sentir dolor, se pudo mantener en un estado relajado, lo que permitió que su organismo no sufriera tantos daños y evitara que las lesiones fueran de mayor intensidad.
La enfermedad de Olivia
La enfermedad rara que padece Olivia se trata de una mutación que afecta al cromosoma número 6, encargado de los receptores del dolor, entre otros. Por el momento, no existen muchas respuestas sobre la extraña condición de la adolescente, ya que no se conocen en el mundo otros casos similares con este mismo desorden cromosómico.
Además, las investigaciones todavía son muy recientes y apenas hay información al respecto. Uno de los pocos datos conocidos es que este cromosoma, compuesto por más de 100 tipos de genes, es el encargado de dar respuestas al sistema inmune del cuerpo humano. Asimismo, se sabe que la ausencia total de este es incompatible con la vida, por ende, lo más probable es que a Olivia solamente le falta una parte, aunque es difícil de averiguar qué parte es la que le falta.
Las consecuencias de esta afección
La extraña condición de Olivia, incluso si parece una ventaja, es un riesgo para su salud, dado que no sentir dolor genera que el ser humano no perciba los peligros, lo que conlleva a estar más expuesto a ellos. La propia madre de la niña, Niki Trepak, explicó los problemas que podía tener su hija en el día a día en una entrevista concedida a Daily Mail.
La mutación que sufre Olivia no solo afecta a los receptores del dolor, también provoca una ausencia total del sueño y el hambre. Por este motivo, la madre ha comentado que a veces ha sido complicado mantener unos correctos hábitos alimenticios y de sueño. Actualmente Olivia es una adolescente de 15 años y es más consciente de sus necesidades básicas, sin embargo, cuando era más pequeña la alimentación era uno de los grandes dilemas de su madre.
"Ella no siente hambre, así que no puedo amenazarla como a otros niños" afirmaba la madre. Lo que le llevó a alimentarse únicamente de sándwiches de mantequilla casi un año entero. De la misma manera, la ausencia de sueño es un problema, hasta el punto de llegar a estar despierta durante tres días seguidos y tener que recurrir a somníferos para inducir el sueño.
Otros incidentes
La madre también explicó que Olivia era diferente desde que era un bebé, ya que nunca lloraba o se quejaba, pero no fue hasta más adelante que un médico notó el inusual comportamiento de la niña ante los estímulos del dolor. Niki explicó que antes del accidente de tráfico, cuando la niña aún iba a la guardería, se cayó y se partió el labio, y fue en ese preciso momento cuando los médicos descubrieron su patología al no ver muestras de dolor en la menor.
Olivia realiza su vida con normalidad, pero siempre debe prestar más atención a su cuerpo, dado que su sistema no le informa de posibles daños. Las investigaciones sobre esta mutación aún son escasas, como suele pasar con la mayoría de las enfermedades raras, aunque se espera que en futuro haya más avances científicos al respecto.