
El bambú moso, conocido en el ámbito científico con el nombre "Phyllostachys edulis", es la especie dentro de la vegetación con la capacidad de crecer más deprisa. Las características de esta planta la hacen única y la elección ideal para cualquier persona que quiera hacer un cambio drástico o remodelar el jardín, ya que los cambios se notaran en muy poco tiempo.
Tanto para interior como exterior
Esta especie bajo unas condiciones óptimas puede llegar a crecer entre 91 y 121 centímetros al día. Esta planta también genera una madera sumamente fuerte y duradera y por ello, es comúnmente utilizada para crear múltiples elementos de una casa, desde muebles para el hogar hasta utensilios de cocina, e incluso revestimientos para el suelo.
La estructura alta del bambú y sus abundantes ramas de color verde intenso ofrecen una vista elegante y sofisticada en cualquier entorno. Además, este tipo de bambú, gracias a sus capacidades adaptativas, se puede plantar tanto en exterior: en un jardín o una terraza –para crear más privacidad y evitar que se vea el interior de la propiedad–, como en interior de una casa – en una maceta para decorar una estancia–.
Los cuidados básicos necesarios
Como cualquier planta, el bambú requiere de cuidados básicos para poder crecer, aunque hay que aclarar que no es una especie que necesite atención constante, ya que es bastante resistente y se adapta tanto a entornos de exterior como de interior. Son tres los puntos clave para mantener la planta en buen estado, tanto si se siembra en maceta como en jardín.
- El sustrato: la tierra no debe encharcarse, ya que las raíces podrían pudrirse. De la misma manera, si se planta en una maceta –como planta de interior–, debe sembrarse en un recipiente que permita un buen drenaje. Por otro lado, la tierra debe estar ligeramente ácida. Para ello, los expertos recomiendan utilizar fertilizante o compost con nutrientes que favorezcan el nivel de pH del suelo esté entre 6 y 7.
- La iluminación: esta especie necesita grandes cantidades de luz para poder crecer, pero no puede estar expuesta a la luz de forma directa, ya que los rayos del sol la pueden quemar. Lo ideal es ubicar la planta entre sol y sombra o en zonas donde no dé durante mucho tiempo el sol.
- El riesgo: esta planta no necesita de mucha agua, y por ello, el riego debe ser moderado. El bambú que crece en el jardín de una casa tiene que ser regado de una o dos veces por semana durante el verano; y una vez cada dos semanas en invierno. En cambio, el riego del bambú que crece en maceta está sujeto a la humedad del sustrato, es decir, solo se puede regar cuando los primeros 5 cm de la tierra están secos. Aun así, se recomienda no exceder el riego de una o dos veces por semana en climas fríos; y de dos o tres veces por semana en climas cálidos.
El espacio también es un factor importante, dado que las raíces del bambú tienden a expandirse. Además, suelen ser robustas e invasivas con el resto del entorno.