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Un psiquiatra explica por qué la Navidad puede generar estrés y tristeza y cómo afrontarlo

Las celebraciones navideñas reactivan emociones complejas ligadas a la familia, las ausencias y la presión social, según expertos en salud mental.

Un psiquiatra explica por qué la Navidad puede generar estrés y tristeza y cómo afrontarlo. | Pexels

La Navidad no siempre se vive desde la alegría. Aunque estas fechas se asocian a ilusión, reencuentros y celebraciones familiares, también pueden convertirse en un periodo de especial vulnerabilidad emocional. El estrés, la tristeza o la tensión forman parte de una experiencia frecuente que, según los especialistas, conviene reconocer para poder gestionarla de forma saludable.

El psiquiatra Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor y profesor titular de Psiquiatría en la Universidad Complutense de Madrid, recuerda que experimentar emociones encontradas durante la Navidad es algo normal. Reconocerlas, señala, constituye el primer paso para evitar que deriven en un malestar mayor.

Emociones que van más allá de la alegría

Quintero explica que la Navidad despierta emociones que no siempre encajan con la imagen idealizada de estas fechas. La preparación de comidas para grandes reuniones familiares, la convivencia con personas con las que existen conflictos previos o la vivencia de una ausencia significativa pueden aumentar la tensión emocional.

Situaciones como afrontar una silla vacía en la mesa, revivir dinámicas familiares antiguas o asumir en solitario la organización de las celebraciones convierten estos días en un periodo especialmente delicado para muchas personas. En este contexto, el psiquiatra subraya que no todas las emociones son agradables, pero todas cumplen una función.

Cambiar el papel en la dinámica familiar

Entre las recomendaciones para reducir el malestar, Quintero propone identificar los roles familiares que se reactivan durante las reuniones y modificar aquellos que generan incomodidad. Cambiar la forma de responder ante determinados comentarios o conflictos puede alterar la dinámica general.

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Introducir pequeñas pausas, respirar antes de contestar o elegir no entrar en discusiones habituales ayuda a rebajar la tensión. Según el especialista, modificar la reacción personal cambia la energía de la situación y contribuye a un ambiente más manejable.

Repartir responsabilidades y bajar la exigencia

Otra de las claves pasa por reducir la carga individual. El psiquiatra aconseja repartir responsabilidades y evitar asumir en solitario todas las tareas relacionadas con la organización de las fiestas. Asignar funciones con antelación y permitir que otros colaboren reduce el estrés acumulado.

Quintero insiste en que no todo tiene que ser perfecto y recomienda buscar momentos a solas para descansar y recargar energías. Hacer las cosas con calma y aceptar límites personales ayuda a prevenir el agotamiento emocional.

Recuperar la ilusión desde lo cotidiano

Para contrarrestar el desgaste emocional, el especialista propone conectar con aquello que generaba ilusión en la infancia. Gestos sencillos como poner luces, mantener pequeñas tradiciones o ver una película especial pueden reactivar circuitos de motivación y favorecer la liberación de dopamina.

Estas acciones ayudan a recuperar energía y esperanza, además de facilitar la conexión con recuerdos significativos y con aquello que realmente importa en estas fechas.

Afrontar la tristeza por las ausencias

En relación con el duelo, Quintero recomienda no obligarse a estar bien. Permitirse sentir tristeza, enfado o incluso ganas de estar solo reduce la presión de aparentar felicidad y facilita un afrontamiento más sano.

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Recordar a la persona ausente mediante un gesto simbólico y aceptar la emoción, explica, evita que el dolor aumente. "El dolor crece cuando intentamos evitarlo, y es importante cuidarse", señala.

El papel de los animales de compañía

El sentimiento de soledad también se intensifica durante la Navidad. Según el Barómetro de la soledad no deseada en España, del Observatorio Estatal de la Soledad No Deseada, una de cada diez personas vincula la soledad con haber dejado de convivir con quienes antes compartía hogar.

En este contexto, el vínculo emocional con perros y gatos puede ayudar a aliviar el duelo y la soledad. Desde la Fundación Affinity destacan que la compañía constante de los animales, su presencia sin exigencias y las rutinas que generan aportan calma y acompañamiento en momentos difíciles.

Un apoyo que no sustituye, pero acompaña

La psicóloga sanitaria Loreto Sánchez, colaboradora de la Fundación Affinity, explica que en Navidad muchas personas sienten con más intensidad la ausencia de quienes ya no están. Los animales, subraya, no sustituyen ese vacío, pero ofrecen una presencia tranquila que acompaña sin pedir nada a cambio.

Por su parte, Jaume Fatjó, director de la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universidad Autónoma de Barcelona, aclara que no es el animal en sí lo que reduce la soledad, sino el vínculo real que se establece. Las rutinas de cuidado, los paseos y las oportunidades de interacción aportan sensación de acompañamiento y ayudan a amortiguar el aislamiento en periodos como la Navidad.

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