L D (EFE) En el último mes, tan sólo se han cursado nueve altas de heridos del 11-M, la última, una mujer, este jueves, en el Hospital Gregorio Marañón. De los nueve heridos ingresados, los cuatro leves están en el Gregorio Marañón; y de los graves, hay tres en La Paz, uno en el Hospital Central de la Defensa, y el quinto en la Fundación Jiménez Díaz.
De estos heridos, hospitalizados ya durante casi 90 días, seis son hombres y tres mujeres. Por nacionalidades, seis son españoles, dos rumanos y uno marroquí. De los más de 1.500 heridos del 11-M, un mes después, el 11 de abril, permanecían 46 ingresados, y el 11 de mayo, 18. Desde el 11-M, el número de fallecimientos en hospitales fue de 14 personas, nueve de ellas el mismo día de los atentados; la última víctima mortal se produjo el 29 de marzo, cuando una mujer de 49 años, residente en Madrid y de nacionalidad española, falleció en el Doce de Octubre.
Fuentes del Hospital Gregorio Marañón informaron este jueves de que los cuatro heridos de este centro sanitario se encuentran leves, aunque su estado ha sido mucho más complicado; padecen problemas que han requerido cirugía plástica, en su mayoría, y permanecen a la espera de consolidación de fracturas, cierre de heridas o estabilización del cuadro clínico. De estos cuatro heridos, dos son mujeres, de nacionalidad española, y dos hombres, rumanos. En el Gregorio Marañón reingresó hace tres días un herido del 11-M que si bien recibió el alta hace tiempo, ahora ha vuelto al centro, donde permanecerá algunos días.
Los tres heridos de La Paz se encuentran en estado grave, aunque fuera de peligro; son todos españoles, varones, entre 40 y 50 años, señalaron fuentes de este hospital a Efe; uno de ellos fue intervenido ayer quirúrgicamente. En este centro sanitario, la situación es hoy similar a la de hace un mes, con los mismos tres heridos ingresados. El herido que permanece en el Hospital Central de la Defensa es un varón marroquí, que se encuentra grave, si bien evoluciona favorablemente, informó un portavoz. En la Fundación Jiménez Díaz, solo queda un herido, una mujer joven de nacionalidad española, informaron fuentes del centro.
En la noche del jueves 11 de marzo, horas después de los terribles atentados de la mañana en las estaciones de Atocha, el Pozo y Santa Eugenia, hace casi tres meses, una nota de la Consejería de Sanidad informó de que el número de heridos atendidos esa jornada por efecto de los atentados era de 1.430, cifra que se incrementó en los días posteriores.
De ellos, 965 fueron ingresados hasta en 15 hospitales de la Comunidad de Madrid; 10 en tres centros privados; 204 atendidos en Atención Primaria; y 250 en los hospitales de campaña instalados con carácter inmediato y urgente tras la matanza. Fue el Gregorio Marañón el centro que más heridos acogió, 324, seguido del Doce Octubre, con 255, donde ya no queda ninguno ingresado. En la noche del 11 de marzo había 44 heridos en estado crítico, 27 muy graves, 153 graves y 119 leves. Ya se habían registrado 457 altas en los hospitales públicos.
En las semanas posteriores a los atentados, los médicos que en los diferentes centros han atendido a los centenares de heridos han centrado sus esfuerzos, sobre todo, en estabilizar problemas torácicos y pulmonares, y sanar heridas traumatológicas y quemaduras.
De estos heridos, hospitalizados ya durante casi 90 días, seis son hombres y tres mujeres. Por nacionalidades, seis son españoles, dos rumanos y uno marroquí. De los más de 1.500 heridos del 11-M, un mes después, el 11 de abril, permanecían 46 ingresados, y el 11 de mayo, 18. Desde el 11-M, el número de fallecimientos en hospitales fue de 14 personas, nueve de ellas el mismo día de los atentados; la última víctima mortal se produjo el 29 de marzo, cuando una mujer de 49 años, residente en Madrid y de nacionalidad española, falleció en el Doce de Octubre.
Fuentes del Hospital Gregorio Marañón informaron este jueves de que los cuatro heridos de este centro sanitario se encuentran leves, aunque su estado ha sido mucho más complicado; padecen problemas que han requerido cirugía plástica, en su mayoría, y permanecen a la espera de consolidación de fracturas, cierre de heridas o estabilización del cuadro clínico. De estos cuatro heridos, dos son mujeres, de nacionalidad española, y dos hombres, rumanos. En el Gregorio Marañón reingresó hace tres días un herido del 11-M que si bien recibió el alta hace tiempo, ahora ha vuelto al centro, donde permanecerá algunos días.
Los tres heridos de La Paz se encuentran en estado grave, aunque fuera de peligro; son todos españoles, varones, entre 40 y 50 años, señalaron fuentes de este hospital a Efe; uno de ellos fue intervenido ayer quirúrgicamente. En este centro sanitario, la situación es hoy similar a la de hace un mes, con los mismos tres heridos ingresados. El herido que permanece en el Hospital Central de la Defensa es un varón marroquí, que se encuentra grave, si bien evoluciona favorablemente, informó un portavoz. En la Fundación Jiménez Díaz, solo queda un herido, una mujer joven de nacionalidad española, informaron fuentes del centro.
En la noche del jueves 11 de marzo, horas después de los terribles atentados de la mañana en las estaciones de Atocha, el Pozo y Santa Eugenia, hace casi tres meses, una nota de la Consejería de Sanidad informó de que el número de heridos atendidos esa jornada por efecto de los atentados era de 1.430, cifra que se incrementó en los días posteriores.
De ellos, 965 fueron ingresados hasta en 15 hospitales de la Comunidad de Madrid; 10 en tres centros privados; 204 atendidos en Atención Primaria; y 250 en los hospitales de campaña instalados con carácter inmediato y urgente tras la matanza. Fue el Gregorio Marañón el centro que más heridos acogió, 324, seguido del Doce Octubre, con 255, donde ya no queda ninguno ingresado. En la noche del 11 de marzo había 44 heridos en estado crítico, 27 muy graves, 153 graves y 119 leves. Ya se habían registrado 457 altas en los hospitales públicos.
En las semanas posteriores a los atentados, los médicos que en los diferentes centros han atendido a los centenares de heridos han centrado sus esfuerzos, sobre todo, en estabilizar problemas torácicos y pulmonares, y sanar heridas traumatológicas y quemaduras.