L D (EFE)
Los féretros con los restos mortales de ambos llegaron pasadas las 13:00 horas al templo, donde el vicario general de la Diócesis de Albacete, Luis Marín, asistido por el secretario del arzobispo general castrense, ofició los funerales, a los que también asistió el presidente de Castilla-La Mancha, José Bono.
Dos columnas de guardias civiles formaban a ambos lados de la escalinata de la Catedral cuando llegaron los féretros con los cuerpos de Francisco Naharro, padre de la delegada del Gobierno en la región, Encarnación Naharro, que será enterrado mañana a las 11:30 horas en Peñas de San Pedro (Albacete), e Isidoro Turrión, que recibió sepultura, tras el funeral, en el Cementerio Municipal de Albacete.
A la salida del templo, en cuyos alrededores se congregaron centenares de personas durante la celebración del funeral, se vivieron escenas de emoción y dolor cuando los compañeros de los fallecidos entonaron el himno de la Benemérita y la mujer de Isidoro Turrión sufrió un desfallecimiento.
Antes del funeral, en la capilla ardiente que se instaló en la Subdelegación del Gobierno, el ministro del Interior impuso la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil a los dos fallecidos en el trágico suceso ocurrido ayer en la Comandancia albaceteña, donde el teniente coronel Antonio Peñafiel mató a tiros a Turrión y Naharro, hirió al jefe de la Comandancia, Antonio Lázaro Gabaldón, y después se disparó.
Lázaro Gabaldón y Peñafiel continúan ingresados en la Unidad de Reanimación del Servicio de Anestesia del Hospital General de Albacete y, según el último parte médico facilitado, el primero de ellos evoluciona favorablemente y se encuentra consciente y orientado, con respiración espontánea. Peñafiel, por su parte, se encuentra estable dentro de la gravedad, permanece con ventilación mecánica y sedorelajación y presenta un edema cerebral.
La familia de éste ha exigido hoy, en un comunicado enviado a los medios de comunicación, que "la investigación que se lleve a cabo, tanto de forma interna en la Guardia Civil como por parte judicial", de este suceso "se lleve a término con todas sus consecuencias" y traslada a los familiares de las víctimas su "más sentido pésame". A pesar de no justificar la "conducta final" de Peñafiel, su familia recuerda que "previamente a los terribles sucesos hay muchas circunstancias profesionales del teniente coronel Antonio Peñafiel que son necesarias aclarar, puesto que representan una parte muy importante en todo lo que ha ocurrido".
A los funerales de las dos víctimas mortales del tiroteo que Peñafiel protagonizó ayer en la Comandancia de Albacete, asistieron, además de Acebes y Bono, el director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, la subsecretaria del Ministerio del Interior, María Dolores Cospedal, y el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Fernando López Carrasco. También se acercaron a la misa-funeral la ex ministra de Medio Ambiente Isabel Tocino, el candidato del PP a la Presidencia de la Junta en las últimas elecciones, Adolfo Suárez Illana, el alcalde de Albacete, Manuel Pérez Castell, y el comandante jefe de la Base Aérea de los Llanos en Albacete, Antonio Moreno, entre otros.
Dos columnas de guardias civiles formaban a ambos lados de la escalinata de la Catedral cuando llegaron los féretros con los cuerpos de Francisco Naharro, padre de la delegada del Gobierno en la región, Encarnación Naharro, que será enterrado mañana a las 11:30 horas en Peñas de San Pedro (Albacete), e Isidoro Turrión, que recibió sepultura, tras el funeral, en el Cementerio Municipal de Albacete.
A la salida del templo, en cuyos alrededores se congregaron centenares de personas durante la celebración del funeral, se vivieron escenas de emoción y dolor cuando los compañeros de los fallecidos entonaron el himno de la Benemérita y la mujer de Isidoro Turrión sufrió un desfallecimiento.
Antes del funeral, en la capilla ardiente que se instaló en la Subdelegación del Gobierno, el ministro del Interior impuso la Cruz de Plata al Mérito de la Guardia Civil a los dos fallecidos en el trágico suceso ocurrido ayer en la Comandancia albaceteña, donde el teniente coronel Antonio Peñafiel mató a tiros a Turrión y Naharro, hirió al jefe de la Comandancia, Antonio Lázaro Gabaldón, y después se disparó.
Lázaro Gabaldón y Peñafiel continúan ingresados en la Unidad de Reanimación del Servicio de Anestesia del Hospital General de Albacete y, según el último parte médico facilitado, el primero de ellos evoluciona favorablemente y se encuentra consciente y orientado, con respiración espontánea. Peñafiel, por su parte, se encuentra estable dentro de la gravedad, permanece con ventilación mecánica y sedorelajación y presenta un edema cerebral.
La familia de éste ha exigido hoy, en un comunicado enviado a los medios de comunicación, que "la investigación que se lleve a cabo, tanto de forma interna en la Guardia Civil como por parte judicial", de este suceso "se lleve a término con todas sus consecuencias" y traslada a los familiares de las víctimas su "más sentido pésame". A pesar de no justificar la "conducta final" de Peñafiel, su familia recuerda que "previamente a los terribles sucesos hay muchas circunstancias profesionales del teniente coronel Antonio Peñafiel que son necesarias aclarar, puesto que representan una parte muy importante en todo lo que ha ocurrido".
A los funerales de las dos víctimas mortales del tiroteo que Peñafiel protagonizó ayer en la Comandancia de Albacete, asistieron, además de Acebes y Bono, el director general de la Guardia Civil, Santiago López Valdivielso, la subsecretaria del Ministerio del Interior, María Dolores Cospedal, y el presidente de las Cortes de Castilla-La Mancha, Fernando López Carrasco. También se acercaron a la misa-funeral la ex ministra de Medio Ambiente Isabel Tocino, el candidato del PP a la Presidencia de la Junta en las últimas elecciones, Adolfo Suárez Illana, el alcalde de Albacete, Manuel Pérez Castell, y el comandante jefe de la Base Aérea de los Llanos en Albacete, Antonio Moreno, entre otros.
