L D (EFE)
El instituto armado informó de esta operación que la arrestada es M.E.F.S., de 41 años. La operación, que fue llevada a cabo por el Grupo de Información de la Guardia Civil en colaboración con el Grupo de Inspección del Ministerio de Trabajo, comenzó el pasado mes de enero, cuando el instituto armado tuvo conocimiento de que en la empresa textil podría haber sido empleado un grupo de personas que trabajan en condiciones laborales irregulares.
Las investigaciones determinaron que estas personas eran de nacionalidad rumana y que se hallaban en situación irregular en España, por lo que se solicitó una orden de entrada y de registro en la fábrica. Antes de efectuar el registró, la Guardia Civil estableció un dispositivo de vigilancia de la fábrica en el que pudo comprobar cómo entraban todos los trabajadores en la empresa al comienzo de la jornada laboral.
Al entrar en la fábrica los agentes observaron que disponía de más de ochenta máquinas para la confección de ropa, aunque los puestos de trabajo se encontraban vacíos, por lo que buscaron el lugar en el que estaban ocultos los empleados, y localizaron una entrada de un metro de altura, camuflada tras unas cajas. Por esta entrada se accedía a un "zulo" alargado, en forma de ele de medio metro de anchura, cuyo extremo largo medía 7,2 metros, mientras que el corto era de 4,5 metros. En el interior se hallaban escondidos la mayor parte de los empleados, que habían abandonado sus puestos de trabajo cuando la Guardia Civil inició el registro de la fábrica.
Las investigaciones determinaron que estas personas eran de nacionalidad rumana y que se hallaban en situación irregular en España, por lo que se solicitó una orden de entrada y de registro en la fábrica. Antes de efectuar el registró, la Guardia Civil estableció un dispositivo de vigilancia de la fábrica en el que pudo comprobar cómo entraban todos los trabajadores en la empresa al comienzo de la jornada laboral.
Al entrar en la fábrica los agentes observaron que disponía de más de ochenta máquinas para la confección de ropa, aunque los puestos de trabajo se encontraban vacíos, por lo que buscaron el lugar en el que estaban ocultos los empleados, y localizaron una entrada de un metro de altura, camuflada tras unas cajas. Por esta entrada se accedía a un "zulo" alargado, en forma de ele de medio metro de anchura, cuyo extremo largo medía 7,2 metros, mientras que el corto era de 4,5 metros. En el interior se hallaban escondidos la mayor parte de los empleados, que habían abandonado sus puestos de trabajo cuando la Guardia Civil inició el registro de la fábrica.
