El titular del periódico "La Nueva España" dice exactamente;
"El alcalde de Siero estrella ebrio el coche oficial tras una noche loca de Comadres".
Titulares así hunden al político más caradura por los siglos de los siglos. El ilustre prócer después de pasárselo pipa durante la fiesta de les Comadres cogió el coche o f i c i a l del ayuntamiento sierense (malversación de caudales públicos, algo habitual entre la parroquia socialista) y se fue con una trompa de padre y muy señor mío para casita haciendo recta una rotonda. El vehículo quedo con los bajos para el arrastre. La Guardia Civil dijo que el regidor apenas podía hablar ni mantenerse despierto y que había dado el triple del límite de alcoholemia. Si el titular no hubiese sido tan rotundo, ¿habría dimitido? porque estos jetas tienen un concepto de lo moral muy laxo.
Bien por La Nueva España. Espero pronto un titular tajante en el Mundo o el Pis (jjjj, lo flipo esperando tal cosa) acerca de Zapatrolas, el flipao de la Moncloa.
Luarqués, ¿crees que este individuo es ejemplo de nada? En todo caso ejemplo de chorizo, variedad progre. ¿No va a dimitir si tal vez termine en la cárcel?
El alcaldillo pérfido, zanjero y déspota de Madrid no dimite a pesar de las manifestaciones que dejan claro su estado:
¡Erecsss muy güenooo! ¡hipss! ¡muy güenoooo! ¡hicssssss!
Otros que las hacen mucho más gordas, no dimiten ni aunque les maten. Deberían tomar ejemplo de este alcalde.
Saludos.
"No quiero entrar en detalles, todo se debe al estrés que padezco desde hace unos días y a una taquicardia". Esas fueron las primeras declaraciones hechas por la criatura a preguntas de un redactor de La Nueva España el día siguiente. ¿Se imagina alguno de Vds. dando esa excusa si en en un control de alcoholemia de la policía local de Pola de Siero diera positivo?
Veremos si esta pieza se va para su casita, a dedicarse a sus labores (en los años ochenta era abogado laboralista), o bien los socialistas lo colocan en uno de los muchos chiringuitos(*) que tienen montados.
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(*) Chiringuito: en Asturias, dícese de cada una de las empresas públicas inventadas por el presidente Areces para colocar a costa del contribuyente a toda una suerte de paniaguados socialistas que únicamente saben contar hasta diez (hasta veinte si llevan clanchas).