L D (EFE)
Fueron las hermanas Bijani quienes animaron a los padres de las niñas coreanas Sa Ran y Ji Hye, unidas por la espina dorsal, a operarlas para que llevaran vidas independientes. Y lloraron cuando supieron que ellas habían muerto en el quirófano. Aun así y escuchando la voz alentadora de los médicos, que les daban un 85 por ciento de posibilidades de éxito, Min Seung-joon y su mujer decidieron dar el paso. Y finalmente, el equipo dirigido por el doctor Keith Goh, quien también operó a las Bijani, ha logrado separar definitivamente a las pequeñas coreanas. Ahora se está procediendo a la reconstrucción y cirugía plástica de las zonas afectadas.
Después de más de cuatro horas de operación y tras el pago de 29.000 dólares, Sa Ran y Ji Hye han podido ser separadas. En un principio los médicos pronosticaban una duración de algo menos de diez horas para la intervención, que ha comenzado a la una de la tarde (hora local). Los médicos que se ocupan del caso han afirmado que el caso de las hermanas surcoreanas es mucho menos complicado que el de Ladan y Laleh. Sa y Ji estaban unidas por la parte baja de la espalda de manera que nunca podrían sentarse ni ponerse de pie cuando fueran mayores.
Después de más de cuatro horas de operación y tras el pago de 29.000 dólares, Sa Ran y Ji Hye han podido ser separadas. En un principio los médicos pronosticaban una duración de algo menos de diez horas para la intervención, que ha comenzado a la una de la tarde (hora local). Los médicos que se ocupan del caso han afirmado que el caso de las hermanas surcoreanas es mucho menos complicado que el de Ladan y Laleh. Sa y Ji estaban unidas por la parte baja de la espalda de manera que nunca podrían sentarse ni ponerse de pie cuando fueran mayores.
