L D ( EFE ) Dirigida por Peter Jackson, la tercera parte de la adaptación de la obra de J.R.R. Tolkien, que competía en doce categorías, obtuvo también los Bafta al mejor montaje, mejores efectos especiales, mejor guión adaptado y el galardón Orange, firma patrocinadora de la gala.
El filme "Cold Mountain", del cineasta Anthony Minghella fue, sin duda, el gran perdedor de la velada, ya que era candidato a trece candidaturas y sólo logró dos Bafta (mejor actriz secundaria y mejor banda sonora). Por contra, "Master and Commander", la épica aventura marina que protagoniza Russell Crowe, se llevó cuatro galardones, entre los que sobresalió el premio al mejor director, que recayó en Peter Weir.
No tuvo suerte el cine latinoamericano, que estaba representado por "21 gramos", del mexicano Alejandro González Iñárritu, que optaba a cinco trofeos, entre ellos los de mejor actor (con el trabajo de Sean Pean y Benicio del Toro) pero se fue de vacío. El cine español no aportó este año ningún filme pero contó con la asistencia de Pedro Almodóvar, triunfador en 2003 con "Hable con ella", que se adjudicó los Bafta a la mejor película extranjera y mejor guión original. Almodóvar presentó el galardón el mejor director, recogido por el actor Paul Batteny, quien definió a Peter Weir -ausente en la ceremonia- como "un genio".
El reconocimiento como mejor actriz fue para Scarlett Johansson, por su intervención en "Lost in Translation", mientras que su compañero de reparto Bill Murrai se adjudicó el BAFTA al mejor actor tras batir al gran favorito en este apartado, Jude Law. En la categoría de mejor actor secundario, el triunfador resultó Bill Nighty por su cómica interpretación de un veterano rockero en "Love Actually", la comedia romántica que la pasada Navidad abarrotó las salas de cine en el Reino Unido y otros países europeos. Renne Zellweger, visiblemente emocionada, se hizo con el premio a la mejor actriz secundaria por su papel en "Cold Mountain" y se mostró muy agradecida al director, Anthony Minghella, porque fue "un verdadero honor" participar en la película.
Los Bafta -una máscara de bronce que simboliza el teatro griego- son concedidos por la Academia Británica de Cine, están considerados los premios cinematográficos más prestigiosos del Reino Unido y se han consagrado como la gran antesala de los Oscar de Hollywood. La ceremonia se celebró, como viene siendo tradicional, en el cine Odeón de la céntrica plaza de Leicester Square, abarrotada de cinéfilos y curiosos que desafiaron al frío londinense para ver de cerca a su ídolos desfilar por la alfombra roja.
Entre las estrellas que más pasiones suscitaron sobresalieron los actores Jude Law, Johnny Depp y el puertorriqueño Benicio del Toro, todos ellos ataviados de elegante traje negro y muy simpáticos, repartiendo autógrafos y sonrisas a diestro y siniestro. Asimismo, actrices como Emma Thompson y Alicia Silverstone, que presentaron varios galardones, se llevaron una gran ovación del público, al igual que la directora Sofia Coppola, que atendió con amabilidad y paciencia a algunos de sus admiradores. Sin la pompa típica de las ceremonias de Hollywood pero con mucho humor inglés, la gala estuvo presentada un año más por el actor británico Stephen Fry, quien hizo reír a los presentes con sus chistes y supo salvar con gracia algún que otro fallo técnico.
