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Los chivatos de Montilla se mofan: "Los comerciantes no irán a campos de concentración"

La mayor máquina de crear multas está orgullosa de contribuir a la imposición lingüística en Cataluña. La organización independista Catalunya Acció denunció el año pasado a 3.000 comercios por rotular en castellano. Su meta es lograr la independencia en 2014.

El presidente de la organización independentista, Catalunya Acció, Santiago Espot, habla y posa orgulloso para El Mundo. Sólo el año pasado denunció a 3.000 empresarios catalanes por no rotular su comercio en catalán.

“Lo hemos hecho para que se respete el catalán”, responde satisfecho. Su récord está en presentar más denuncias en 2009 por este hecho ante la Generalidad que las que presentaron numerosos chivatos a título individual en 2008.

La pasada semana los organizadores de la marcha en Arenys de Mar, con el lema “Por una Cataluña en libertad, no a las multas lingüísticas”, denunciaban la existencia de“delatores subvencionados por el gobierno de Montilla”. “En nuestra organización no existe la figura del soplón, ya que siempre hemos denunciado dando la cara, nunca de forma anónima”, dice Espot. Lo que no soporta el empresario independentista es que tachen su actividad de fascista: “Comparar la lengua catalana con el nazismo sí que es una enfermad”.


"Los castellanohablantes no irán a campos de concentración"

Pero su fin último es “lograr la independencia en 2014”, para lo que no escatima esfuerzos ni se ciñe exclusivamente en denunciar a los comercios que ejercen su libertad. Así, participó en el boicot a Air Berlin por no utilizar el catalán y se opuso a las candidaturas olímpicas de Madrid, recuerda El Mundo.

No le gusta ningún político catalán por ser demasiado blandos, y todas sus esperanzas las tiene puestas en Laporta. “Por su popularidad y su posición ya ha hecho un gran favor al independentismos; agradeceríamos que se presentase, es una alternativa fiable y atractiva”.

Ya por último se mofa de los que sufren esta persecución lingüística y se ven obligados a pagar cuantiosas cantidades, que podrían aumentar, por rotular su negocio en castellano. “El día que seamos independientes, la única lengua oficial será el catalán, pero no habrá persecución: al castellanohablante no se le pondrá en un campo de concentración”.

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