Me temo que los datos sobre los suicidios en Japón corren el riesgo de malinterpretarse si no se contextualiza cómo se entiende el suicidio allí. Hay suicidios como los occidentales, digamos, pero también hay otro tipo de suicidio completamente distinto. Por ejemplo, el suicidio de honor, cuando alguien se ve sorprendido públicamente en una conducta que sabe vergonzosa o indigna. O el de fidelidad (al país, a una causa, al cónyuge muerto, etc), heredero de la ética marcial que caracterizó durante siglos a la cultura japonesa. Y también el suicidio, sin dramatismos pero expeditivo, de quien sabe su vida sentenciada. En Japón es muy común que las enfermedades sin cura se resuelvan así de manos del propio afectado, antes de llegar a la situación de dependencia o de sufrimiento extremo.
Por último, decir que esta particular concepción japonesa del suicidio no tiene raíces en el budismo (que contempla con extremo rigor los ataques contra la vida), sino con la secular tradición guerrera del Japón, a la que el budismo muy de mala gana tuvo que adaptarse para prosperar allí.
Y en España aumentan, sobre todo entre los hombres divorciados, pero como este dato no les gustaba a las feminazis de la mal llamada "violencia de género", han decidido no darlo más, ahora sólo sabemos el sexo o la edad, pero no el estado civil...
Qué interesantes los dos primeros comentarios, cada uno en su línea. Gracias