
L D (EFE) Según informaron fuentes de ambos organismos, el peor episodio se vivió este lunes a unas 25 millas al sur de Adra (Almería) donde fue localizada una patera con más de cincuenta pasajeros, entre ellos un bebé, y en cuyo interior había dos cadáveres. Las costas almerienses de Adra y las granadinas de Motril, fueron las principales destinatarias de las expediciones de inmigrantes, ya que a lo largo del fin de semana se fueron sucediendo la llegada de pateras a esas zonas.
Sin embargo, la expedición más numerosa fue interceptada este lunes a siete millas al sureste de Cabo de Gata, en la provincia de Almería, y estaba integrada por setenta inmigrantes, de los cuales tres tuvieron que ser trasladados a centros sanitarios dado su mal estado de salud, y que viajaban en una patera. En la medianoche del sábado al domingo, otra patera con 64 inmigrantes -53 hombres, 6 mujeres y cinco menores- fue avistada cuando navegaba a unas quince millas al noroeste de la isla de Alborán por un pesquero que alertó a Salvamento Marítimo, que desplazó al lugar un helicóptero y una embarcación.
En la mayoría de las embarcaciones solían viajar menores, aunque el caso más destacado se produjo anoche, cuando agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil interceptaron un lancha ocupada por 33 marroquíes, de los que al menos diez eran menores. Los indocumentados fueron trasladados al puerto de Motril donde fueron acogidos por la Cruz Roja, y seis de ellos necesitaron atenciones especiales al presentar fuertes síntomas de hipotermia así como quemaduras en distintas partes del cuerpo causadas al mezclarse el gasóleo con el agua del mar.
En la misma zona fue apresada un zódiac de seis metros de eslora con 31 inmigrantes, entre ellos una mujer y varios menores, a unas siete millas al sur de La Rábita (Granada). Los inmigrantes, que se encontraban en buen estado, aunque con síntomas de hipotermia, llevaban, al igual que los que viajaban en la otra patera interceptada esta madrugada, el cuerpo tapado con plásticos para refugiarse de la humedad y el frío, con los que buscaban también eludir los sistemas de vigilancia, al creer que actúan de camuflaje.
Sin embargo, la expedición más numerosa fue interceptada este lunes a siete millas al sureste de Cabo de Gata, en la provincia de Almería, y estaba integrada por setenta inmigrantes, de los cuales tres tuvieron que ser trasladados a centros sanitarios dado su mal estado de salud, y que viajaban en una patera. En la medianoche del sábado al domingo, otra patera con 64 inmigrantes -53 hombres, 6 mujeres y cinco menores- fue avistada cuando navegaba a unas quince millas al noroeste de la isla de Alborán por un pesquero que alertó a Salvamento Marítimo, que desplazó al lugar un helicóptero y una embarcación.
En la mayoría de las embarcaciones solían viajar menores, aunque el caso más destacado se produjo anoche, cuando agentes del Servicio Marítimo de la Guardia Civil interceptaron un lancha ocupada por 33 marroquíes, de los que al menos diez eran menores. Los indocumentados fueron trasladados al puerto de Motril donde fueron acogidos por la Cruz Roja, y seis de ellos necesitaron atenciones especiales al presentar fuertes síntomas de hipotermia así como quemaduras en distintas partes del cuerpo causadas al mezclarse el gasóleo con el agua del mar.
En la misma zona fue apresada un zódiac de seis metros de eslora con 31 inmigrantes, entre ellos una mujer y varios menores, a unas siete millas al sur de La Rábita (Granada). Los inmigrantes, que se encontraban en buen estado, aunque con síntomas de hipotermia, llevaban, al igual que los que viajaban en la otra patera interceptada esta madrugada, el cuerpo tapado con plásticos para refugiarse de la humedad y el frío, con los que buscaban también eludir los sistemas de vigilancia, al creer que actúan de camuflaje.
