L D (EFE)
Revel, autor de obras como "Ni Marx ni Jesús" o "El Monje y el filósofo", ha presentado en Barcelona su último y polémico ensayo sobre la animadversión, "a menudo ciega y pasional", que despierta EEUU, publicado en España por Ediciones Urano y del que en Francia ya se han vendido más de 150.000 ejemplares. En opinión de Revel, los millones de personas que salieron a la calle en todo el mundo para expresar su repulsa hacia el ataque anglo-estadounidense contra el Irak de Sadam Huseín "no se manifestaban por la paz, sino que lo hicieron por pura hostilidad antiamericana".
Para justificar esta afirmación, Revel ha argumentado que la gente que acudió a las marchas contra la guerra "no se manifestaron nunca en contra del Gobierno de Sudán, que ha matado a cerca de un millón de personas, ni tampoco contra el propio Sadam Huseín, que asesinó a miles de ciudadanos iraquíes e inició una guerra contra Irán en los años ochenta y luego lanzó una agresión contra Kuwait".
En "La obsesión antiamericana", Revel mantiene la tesis de que hay que diferenciar entre la "crítica legítima y necesaria" a EEUU y "otras críticas que a menudo se formulan, especialmente desde los movimientos antiglobalización, que caen en argumentos simplistas y contradictorios, basados en informaciones erróneas". Para el ensayista francés, "no todos nuestros problemas son achacables a los estadounidenses", ya que "si EEUU se ha convertido actualmente en una superpotencia, ha sido sobre todo consecuencia de los fracasos de los europeos, que durante el siglo pasado llevaron a cabo dos guerras mundiales que devastaron Europa", un continente que además "vio nacer a los dos grandes totalitarismos: el sistema soviético y el nazismo".
Francia, a la cabeza del antiamericanismo
Según Revel, Francia se encuentra "en cabeza" en cuanto a desarrollo de este sentimiento antiamericano, algo que se explica porque "los franceses están en competencia con los norteamericanos", ya que ambos pueblos "tienen esa vocación de querer salvar al mundo exportando sus principios de libertad y derechos humanos al resto de países". También en los países islámicos, constata Revel, existe una fuerte animadversión hacia EEUU, aunque, de hecho, este rechazo "se hace extensivo a toda la civilización occidental", puesto que la mayoría de estos Estados fueron colonizados por Francia y Reino Unido.
Asimismo, Revel discrepa de la crítica que muchos analistas hacen hacia el "unilateralismo" que sigue la actual administración de los EEUU en política internacional y afirma que, "precisamente las muestras de hostilidad hacia los estadounidenses refuerza esta tendencia unilateralista, ya que Washington considera que, haga lo que haga, sus decisiones van a ser criticadas".
Para justificar esta afirmación, Revel ha argumentado que la gente que acudió a las marchas contra la guerra "no se manifestaron nunca en contra del Gobierno de Sudán, que ha matado a cerca de un millón de personas, ni tampoco contra el propio Sadam Huseín, que asesinó a miles de ciudadanos iraquíes e inició una guerra contra Irán en los años ochenta y luego lanzó una agresión contra Kuwait".
En "La obsesión antiamericana", Revel mantiene la tesis de que hay que diferenciar entre la "crítica legítima y necesaria" a EEUU y "otras críticas que a menudo se formulan, especialmente desde los movimientos antiglobalización, que caen en argumentos simplistas y contradictorios, basados en informaciones erróneas". Para el ensayista francés, "no todos nuestros problemas son achacables a los estadounidenses", ya que "si EEUU se ha convertido actualmente en una superpotencia, ha sido sobre todo consecuencia de los fracasos de los europeos, que durante el siglo pasado llevaron a cabo dos guerras mundiales que devastaron Europa", un continente que además "vio nacer a los dos grandes totalitarismos: el sistema soviético y el nazismo".
Francia, a la cabeza del antiamericanismo
Según Revel, Francia se encuentra "en cabeza" en cuanto a desarrollo de este sentimiento antiamericano, algo que se explica porque "los franceses están en competencia con los norteamericanos", ya que ambos pueblos "tienen esa vocación de querer salvar al mundo exportando sus principios de libertad y derechos humanos al resto de países". También en los países islámicos, constata Revel, existe una fuerte animadversión hacia EEUU, aunque, de hecho, este rechazo "se hace extensivo a toda la civilización occidental", puesto que la mayoría de estos Estados fueron colonizados por Francia y Reino Unido.
Asimismo, Revel discrepa de la crítica que muchos analistas hacen hacia el "unilateralismo" que sigue la actual administración de los EEUU en política internacional y afirma que, "precisamente las muestras de hostilidad hacia los estadounidenses refuerza esta tendencia unilateralista, ya que Washington considera que, haga lo que haga, sus decisiones van a ser criticadas".
