L D (EFE)
Mientras que unos se muestran totalmente a favor de la exhibición de la maldad y atrocidad humanas, otros lo sienten como algo ofensivo. Los objetos que se han puesto a la venta son camisetas con calaveras, llaveros con las frases que decían a los judíos, pegatinas magnéticas de crematorios, servilleteros con el lema de entrada al campo de exterminio de Auschwitz, muñecas con el traje de faena de los concentrados, azul y blanco, y gorras de béisbol.
La artista, Agata Siwek, vivió muy cerca de Auschwitz, y se defendió de las críticas manifestando que los objetos sirven para que la gente recuerde el Holocausto y que se den cuenta de que es necesario luchar contra la guerra y la discriminación. Lo entiende como “símbolo máximo de la maldad”. Aunque algunos defienden la labor de Siwek, otros, como Salomón Zanten, superviviente del campo, lo tachó de escándalo. Como él dice, “ya tengo un recuerdo de Auschwitz, el número que me tatuaron el en brazo”.
La artista, Agata Siwek, vivió muy cerca de Auschwitz, y se defendió de las críticas manifestando que los objetos sirven para que la gente recuerde el Holocausto y que se den cuenta de que es necesario luchar contra la guerra y la discriminación. Lo entiende como “símbolo máximo de la maldad”. Aunque algunos defienden la labor de Siwek, otros, como Salomón Zanten, superviviente del campo, lo tachó de escándalo. Como él dice, “ya tengo un recuerdo de Auschwitz, el número que me tatuaron el en brazo”.
