LD (Agencias) La mujer, de 40 años y cuyo nombre no ha sido revelado, vive en una zona rural sin electricidad, agua potable, ni servicios sanitarios y a ocho horas en coche del hospital más cercano.
Al comprobar la proximidad de su parto y no poder hacerlo de forma natural, la mujer decidió hacerse la cesárea, ya que ya había perdido un bebé debido a complicaciones durante el parto.
Según ha relatado el doctor Valle, del hospital Doctor Manuel Velasco Suárez, de San Pablo, México, la mujer "tomó tres vasitos de licor fuerte y, usando un cuchillo de cocina, se hizo tres incisiones en el abdomen." Poco después, "dio a luz una criatura que respiró y lloró inmediatamente".
Antes de perder la conciencia, la mujer dijo a uno de sus hijos que llamara a una enfermera local para que la auxiliara. La enfermera suturó la herida con un hilo de algodón. Posteriormente, la madre y el bebé fueron trasladados al hospital más cercano para ser atendidos por el doctor Valle y sus colegas.
El médico agregó, en declaraciones a la agencia Reuters, que el instinto maternal puede llevar a una mujer a realizar actos extraordinarios con tal de salvar a su hijo, pero recalcó que esto no es necesario cuando se dispone de los cuidados clínicos adecuados.