L D (EFE)
Así lo manifestó Valdivielso al comparecer ante los medios de comunicación, junto al ministro del Interior, Angel Acebes, para explicar el suceso ocurrido este martes en la Comandancia de la Guardia Civil de Albacete, en el que han fallecido tiroteados por Peñafiel el segundo jefe de la comandancia, Isidoro Turrión, y el médico Francisco Naharro. Acebes, quien lamentó esta "tragedia" y expresó su solidaridad con la familia de los dos fallecidos y del herido Antonio Lázaro, jefe de la Comandancia, explicó que Peñafiel realizó los disparos tras hacerse con un arma del comandante del puesto.
El titular de Interior explicó que Peñafiel fue nombrado el 7 de noviembre de 2001 jefe de la comandancia y que ya en 2002 fueron llegando a través de diversos cauces informaciones sobre la "falta de idoneidad" y de condiciones para desarrollar las funciones de su puesto. A pesar de las "reiteradas" llamadas de atención, Peñafiel mantenía sus actitudes y el 7 de noviembre del año pasado el general jefe de la zona de Castilla-La Mancha, Juan Carlos Rodríguez Búrdalo, solicitó una información previa, que concluyó que el entonces jefe de la comandancia ejercía su mando de "forma inadecuada" para las responsabilidades de su destino.
El día 16 de ese mes, Rodríguez Búrdalo elevó una propuesta de cese de Peñafiel y diez días más tarde se incoó expediente gubernativo por falta grave prevista en el régimen disciplinario de la Guardia Civil, en concreto en su artículo 9.9. Ese precepto considera falta muy grave "observar conductas gravemente contrarias a la disciplina, servicio o dignidad de la Institución que no constituyan delito".
En ese momento, Valdivielso propuso al secretario de Estado de Seguridad la revocación de destino de Peñafiel, ya que, a su juicio, había dejado de reunir las condiciones de idoneidad, lo que finalmente se llevó a cabo el 25 de febrero de este año. Al día siguiente, se le comunicó personalmente a Peñafiel su cese y Valdivielso acordó que "sin demora" se le retiraran las armas personales y profesionales, que el supuesto homicida no entregó inmediatamente, aunque sí al día siguiente.
El director de la Guardia Civil acordó además que se sometiera a Peñafiel a exploración psiquiátrica y psicológica, subrayó Acebes, quien dijo que la "tragedia" se debe a un trastorno de una persona con desequilibrio. El ministro indicó que no conocía el resultado del informe psiquiátrico, pero añadió que Peñafiel no acudió a las primeras citaciones médicas.
Valdivielso, por su parte, precisó que el informe no había concluido y, en relación con la retirada de armas al presunto homicida, subrayó que tomó esa decisión después de que el general jefe de zona insistiera en que las actuaciones de Peñafiel no eran normales en el mando de una comandancia. Tras reconocer que no cuenta con conocimientos psiquiátricos para determinar el estado mental de una persona, Valdivielso explicó que propuso el cese, la retirada de armas y el informe psicológico después de observar algunas conductas, expresiones e, incluso, "amenazas veladas" "no normales" que le hicieron pensar que "sería bueno" que a Peñafiel "le viera un psiquiatra".
Valdivielso asumió su responsabilidad en el cese de Peñafiel, pero también en su nombramiento como jefe de la comandancia y afirmó que en los anteriores destinos -el último el de jefe de estudios de la escuela de guardias jóvenes de Valdemoro- no había "nada especial que reseñar". Dijo también que el expediente disciplinario abierto a Peñafiel seguía su curso y estaba pendiente de propuesta de resolución, y que el ex jefe de la comandancia estaba en situación de disponible, por lo que tenía intención de pedir destino, en Barcelona o Sevilla.
Los responsables de Interior recordaron que tras el cese, Peñafiel hizo planteamientos en la prensa que "no respondían a la realidad" y agregaron que se le ha querido presentar como "alguien que ponía orden en una comandancia que no funcionaba", lo que "tampoco responde a la realidad". Respecto a las denuncias del propio Peñafiel sobre irregularidades en el reparto de las partidas por productividad, manifestaron que se trata de "planteamientos subjetivos" y dijeron que es el propio mando de la comandancia el que acuerda ese reparto.
El titular de Interior explicó que Peñafiel fue nombrado el 7 de noviembre de 2001 jefe de la comandancia y que ya en 2002 fueron llegando a través de diversos cauces informaciones sobre la "falta de idoneidad" y de condiciones para desarrollar las funciones de su puesto. A pesar de las "reiteradas" llamadas de atención, Peñafiel mantenía sus actitudes y el 7 de noviembre del año pasado el general jefe de la zona de Castilla-La Mancha, Juan Carlos Rodríguez Búrdalo, solicitó una información previa, que concluyó que el entonces jefe de la comandancia ejercía su mando de "forma inadecuada" para las responsabilidades de su destino.
El día 16 de ese mes, Rodríguez Búrdalo elevó una propuesta de cese de Peñafiel y diez días más tarde se incoó expediente gubernativo por falta grave prevista en el régimen disciplinario de la Guardia Civil, en concreto en su artículo 9.9. Ese precepto considera falta muy grave "observar conductas gravemente contrarias a la disciplina, servicio o dignidad de la Institución que no constituyan delito".
En ese momento, Valdivielso propuso al secretario de Estado de Seguridad la revocación de destino de Peñafiel, ya que, a su juicio, había dejado de reunir las condiciones de idoneidad, lo que finalmente se llevó a cabo el 25 de febrero de este año. Al día siguiente, se le comunicó personalmente a Peñafiel su cese y Valdivielso acordó que "sin demora" se le retiraran las armas personales y profesionales, que el supuesto homicida no entregó inmediatamente, aunque sí al día siguiente.
El director de la Guardia Civil acordó además que se sometiera a Peñafiel a exploración psiquiátrica y psicológica, subrayó Acebes, quien dijo que la "tragedia" se debe a un trastorno de una persona con desequilibrio. El ministro indicó que no conocía el resultado del informe psiquiátrico, pero añadió que Peñafiel no acudió a las primeras citaciones médicas.
Valdivielso, por su parte, precisó que el informe no había concluido y, en relación con la retirada de armas al presunto homicida, subrayó que tomó esa decisión después de que el general jefe de zona insistiera en que las actuaciones de Peñafiel no eran normales en el mando de una comandancia. Tras reconocer que no cuenta con conocimientos psiquiátricos para determinar el estado mental de una persona, Valdivielso explicó que propuso el cese, la retirada de armas y el informe psicológico después de observar algunas conductas, expresiones e, incluso, "amenazas veladas" "no normales" que le hicieron pensar que "sería bueno" que a Peñafiel "le viera un psiquiatra".
Valdivielso asumió su responsabilidad en el cese de Peñafiel, pero también en su nombramiento como jefe de la comandancia y afirmó que en los anteriores destinos -el último el de jefe de estudios de la escuela de guardias jóvenes de Valdemoro- no había "nada especial que reseñar". Dijo también que el expediente disciplinario abierto a Peñafiel seguía su curso y estaba pendiente de propuesta de resolución, y que el ex jefe de la comandancia estaba en situación de disponible, por lo que tenía intención de pedir destino, en Barcelona o Sevilla.
Los responsables de Interior recordaron que tras el cese, Peñafiel hizo planteamientos en la prensa que "no respondían a la realidad" y agregaron que se le ha querido presentar como "alguien que ponía orden en una comandancia que no funcionaba", lo que "tampoco responde a la realidad". Respecto a las denuncias del propio Peñafiel sobre irregularidades en el reparto de las partidas por productividad, manifestaron que se trata de "planteamientos subjetivos" y dijeron que es el propio mando de la comandancia el que acuerda ese reparto.