La inseguridad se ha apropiado del barrio madrileño de Chueca, hasta hace bien poco centro neurálgico de la comunidad homosexual y uno de los principales zonas de esparcimiento nocturno de la capital. La suciedad, mendicidad y delincuencia acosan la zona, y los residentes se quejan de la "degradación que está sufriendo todo el barrio" debido a la dejadez del Ayuntamiento de Madrid.
Según El Mundo, se quejan también del excesivo ruido de los locales de ocio, del aumetno de basura en aceras y portales, aunque también la falta de servicios. "Chueca no es un centro de ocio nocturno, es un barrio donde vive gente", se queja al diario una portavoz de la asociación. "Estamos contentos de que sea el barrio del orgullo gay y de ninguna manera nos oponemos a las reivindicaciones de los homosexuales, pero también queremos tener una calidad de vida razonable", asegura la mujer.
Asimismo, "la concentración desproporcionada de locales de copas" es, según la Asociación de vecinos de Chueca, la causante de una "degradación que está sufriendo todo el barrio". Muchos vecinos aseguran también que la mayoría de estos locales podrían no tener la licencia municipal para operar. De ese modo, algunos afterhours y terrazas funcionan con permisos que sólo son válidos para simples cafés o terrazas.
Todo ello mientras el Ayuntamiento permanece pasivo, y permite carencias tan severas como la de un centro de mayores, un polideportivo o un servicio de limpieza adecuado a los requerimientos del lugar, acosado por botellones casi diarios y el aumento de personas sin hogar y borrachos que se dejan ver por la zona a todas horas del día. Según M2, crece el trapicheo de droga y los robos en cajeros automáticos por parte de bandas adolescentes.
"Los borrachos se orinan en cualquier parte. En el interior de mi propio paortal me he topado varias veces con los excrementos de aquellos que no han encontrado un lugar mejor para hacerlo. Es asqueroso", dice una joven del lugar.
No obstante, el colectivo de gays y lesbianas tiene una visión mucho más positiva que los vecinos que allí residen, y a su entender, el barrio sufre los mismos problemas de cualquier otra zona de copas. Piden más recursos, pero recuerdan al Ayuntamiento que, según ellos, "la respuesta a todos estos problemas no puede quedarse solo en un incremento de la presencia policial".