"Espero y deseo que el PP no cometa esa irresponsabilidad y se sume al discurso que estamos haciendo los partidos para recuperar la credibilidad en Marbella y, desde ahí, recuperar la necesidad de que el Ayuntamiento cumpla con la tarea de normalizar y estabilizar la actuación municipal", agregó. Por ello pidió "un ejercicio de generosidad" por parte de todos. "Hay que pedirle al PP que sea generoso, llegando a acuerdos y que todos arrimemos el hombro con el fin de recuperar el tiempo perdido lo antes posible y que Marbella ocupe el lugar que le corresponde en el contexto andaluz, español y mundial", añadió Zarrías.
"Eso es lo que nos piden los ciudadanos de Marbella, que entienden que tras la etapa anterior, ahora iniciamos algo distinto, fruto de la colaboración generosa de todos los políticos", agregó. "Si los ciudadanos ahora observan una estrategia partidista o personalista distinta al interés general, no me cabe duda de que, llegado momento, castigarán esa estrategia".
Además, indicó que "no participar lealmente y de forma generosa en la gestora me parece una estrategia partidista para sacar partido a una situación de dificultad con la que vive el Ayuntamiento de Marbella". "Espero y deseo con la cabeza fría que el PP colabore en la gestora y preste su apoyo y colaboración, porque es necesaria", insistió el consejero.
El consejero añadió que "desde la Junta y el Gobierno de la Nación no se escatimarán esfuerzos a la hora de colaborar con la comisión gestora para que los problemas se resuelvan de la mejor manera posible y se llegue a la celebración de las elecciones municipales en mayo 2007 en condiciones de normalidad y con las mejores garantías para que los ciudadanos decidan".
Según explicó, la comisión gestora "tiene como tarea la administración ordinaria, que evidentemente no son las competencias que tiene un ayuntamiento", por lo que abogó por "definir y ponerse de acuerdo en qué se entiende por administración ordinaria en todos los aspectos". Además, recalcó que una comisión gestora no puede tener "las competencias que tiene una administración local en plenitud de sus responsabilidades o un consistorio que no esté bajo el decreto de disolución, como ha ocurrido en Marbella".
