
La policía de Houston enfrenta una insólita y preocupante situación: las ratas han comenzado a consumir los narcóticos almacenados durante años como evidencia en sus instalaciones. Este problema ha obligado al departamento a revisar y modificar las normativas relacionadas con la gestión de pruebas, según detallaron las autoridades locales en una rueda de prensa recogida por The Guardian.
El alcalde de Houston, John Whitmire, junto al fiscal de distrito del condado de Harris, Sean Teare, y el jefe de la policía de Houston, J. Noe Díaz, anunciaron nuevas medidas para deshacerse de las enormes cantidades de drogas almacenadas, algunas de las cuales llevan décadas acumulándose. Este prolongado almacenamiento ha convertido los depósitos en un imán para los roedores, que han encontrado un insólito festín en los narcóticos. "Tenemos 400.000 kilos de marihuana almacenados. Las ratas son las únicas que la disfrutan", señaló el alcalde, John Whitmire.
Un problema estructural
Actualmente, la sede de la policía en el centro de Houston y un almacén adicional contienen aproximadamente 1,2 millones de dólares en pruebas, incluyendo cientos de miles de kilos de drogas y otros materiales relacionados con casos judiciales. Muchas de estas evidencias están vinculadas a procesos legales que ya concluyeron hace tiempo, lo que ha llevado a las autoridades a replantear su estrategia de almacenamiento.
El jefe de policía, J. Noe Díaz, ofreció más detalles sobre la situación: "Tenemos más de 1,2 millones de piezas de evidencia aquí en el Departamento de Policía de Houston. Conservamos incluso notas de un homicidio de 1947 y kilos de cocaína de los años 90, aunque los sospechosos ya han cumplido sus condenas y han sido liberados".
Sean Teare explicó que, a partir de ahora, las pruebas de drogas anteriores a 2015 que ya no sean necesarias serán destruidas. "Las normas anteriores solo permitían destruir pruebas relacionadas con casos de antes de 2005", explicó Teare, quien destacó que su oficina destinará recursos específicos para llevar a cabo este proceso.
Por su parte, Joshua Reiss, asesor general de la fiscalía del condado de Harris, confirmó que las ratas también han invadido una sala de pruebas dedicada a narcóticos ubicada en el 1200 de Travis Street, donde lograron penetrar en embalajes que contenían hongos. Reiss describió el problema como "nacional", resaltando que las salas de pruebas están "llenas hasta los topes de evidencias antiguas".
Peter Stout, presidente del Centro de Ciencias Forenses de Houston, contextualizó la situación asegurando que este es un problema recurrente en todo el país. "Las salas de pruebas enfrentan problemas con roedores, insectos y hongos que se sienten atraídos por las drogas. Las ratas drogadictas son particularmente difíciles de controlar", afirmó Stout en declaraciones recogidas por The Guardian.
Para ilustrar la magnitud del problema, Díaz mostró a los periodistas drogas incautadas en 1996 y 1993, señalando que ya no tienen valor legal, pero siguen ocupando espacio y atrayendo a los roedores. "No es algo que podamos seguir haciendo como una agencia de policía profesional", declaró tajantemente.
Impacto en casos abiertos
El portavoz del fiscal de distrito, Rafael Lemaitre, informó que se han enviado notificaciones a los abogados defensores de 3.600 casos abiertos relacionados con pruebas almacenadas. A pesar de la preocupante situación, aseguró que solo un caso ha visto comprometida su evidencia debido a la acción de los roedores.
Cuestionado sobre si este problema podría afectar condenas pasadas, Lemaitre evitó especular, indicando que no es abogado. No obstante, la urgencia por solucionar la situación parece clara entre las autoridades.
La iniciativa de destruir las pruebas obsoletas no solo busca eliminar un problema de salud pública, sino también optimizar los recursos del sistema de justicia. En palabras del jefe Díaz: "Las pruebas que ya no tienen valor dentro de nuestro sistema legal deben ser destruidas". Una medida que no solo pondrá fin a las "ratas drogadictas", sino que también garantizará una gestión más eficiente de los recursos policiales.