
La Santa Sede lleva años intentando poner orden en la congregación del Verbo Encarnado, que nació en 1983 en Argentina y está en el punto de mira desde hace décadas. Incluso su fundador, el sacerdote católico Carlos Miguel Buela —que falleció en 2023, a la edad de 82 años— fue acusado de ser un depredador sexual y terminó siendo apartado de sus funciones en 2010. Fue juzgado por un tribunal eclesiástico que determinó que era culpable de los hechos que se le atribuían (agresiones sexuales a seminaristas aprovechándose de una estructura que habría creado con tal finalidad).
La sombra de los abusos ha sobrevolado con demasiada frecuencia sobre esta familia carismática a cuyos miembros —supuestamente— se le exige el cumplimiento de los votos de castidad, pobreza y obediencia. Pero las denuncias que se acumulan en su contra apuntan a que —cuando menos— se los saltan con cierta asiduidad. De ahí que Roma decidiera intervenir la orden en varias ocasiones, tanto la rama masculina (Instituto del Verbo Encarnado) como la femenina (Instituto Servidoras del Señor y la Virgen de Matará). La última recientemente.
Fuentes eclesiales consultadas por Libertad Digital explican que desde la cúpula de la institución se resisten a esta tutela y no lo están poniendo fácil. "Ellos siempre quieren ir por libre", señalan. Sin embargo, los acontecimientos que relataremos a continuación han obligado al Vaticano a actuar con más firmeza que de costumbre. El pasado mes de diciembre se nombró un delegado pontificio para cada rama de la orden (José Antonio Satué, obispo de Teruel y Albarracín; y Chara Echarte, hija de Jesús), que —de facto— ya estaba intervenida.
Entre los últimos escándalos protagonizados por la congregación, encontramos el que atañe a una parroquia de Granada gestionada por el Instituto del Verbo Encarnado. Desde una plataforma en internet creada por presuntas víctimas de las dos ramas de la institución —Abusos IVE y SSVM—, en la que se comparten casos de abuso de todo tipo (sexual, de autoridad, de poder, de conciencia, psicológico, espiritual o derivado de cualquier manipulación) desde 2021, se hacían eco —el 25 de enero— de una investigación que se habría abierto a raíz de varias denuncias de feligreses.
Obsesión con el demonio
La información empezó a replicarse en distintos medios de comunicación y algunos de los denunciantes compartieron sus testimonios en medios locales como el periódico Ideal. En uno de sus artículos se mencionan "muñecas vudú cerca del sagrario, plumas por el suelo y 'rescates' en misa" y los feligreses acusan a la orden de "exprimirles" económicamente. "Acechan a la gente, presionan, manipulan y crean discordia", llega a asegurar uno de ellos.
"Este hombre (el párroco) estaba obsesionado con el demonio, con lo oscuro y las prácticas satánicas", añade otro. Uno de los episodios narrados más llamativos es el que tuvo lugar —presuntamente— un día en misa. Los feligreses que ofrecen su testimonio en el diario granadino creen que "estaba preparado, que era un fraude". Según relatan, un hombre tuvo un ataque e intentaron hacerle los primeros auxilios, pero el sacerdote dijo que era una posesión demoníaca y "montó el show".
Conductas inmorales
Se refiere al padre Héctor Andrés Luna. Un religioso argentino que aterrizó en la parroquia del Santo Ángel Custodio —en pleno barrio del Zaidín— en 2012 y se marchó apresuradamente el pasado mes de julio. Entonces muchos se preguntaron por qué. Ahora sabemos que fue llamado al orden. La propia Archidiócesis de Granada, ante la gravedad de las acusaciones y las informaciones aparecidas en prensa, se vio obligada a dar explicaciones —el pasado 6 de febrero— a través de un comunicado en el que reconoce que hay abierta "una investigación canónica al respecto" que recoge "todos los testimonios recibidos".
El resultado, señala el texto, ya habría sido enviado "tanto a la Santa Sede y al Delegado Papal, como al Superior Provincial del Instituto del Verbo Encarnado (IVE)". La mencionada plataforma de afectados por los presuntos abusos señala que se habría descubierto que Luna incluso "mantuvo conductas sexuales inapropiadas". Según se explica en el blog, "incluso intercambiando fotos de alto contenido sexual mientras estaban en oración frente al Santísimo" y llegando a "confesar a sus propias víctimas después de haber tenido relaciones con ellas". El sacerdote —aseguran— habría sido apartado por "conductas inmorales graves".

