
Giro inesperado en la investigación por la muerte de Émile Soleil, el niño de dos años que desapareció el 8 de julio de 2023 mientras veraneaba en la segunda residencia de sus abuelos maternos —Philippe y Anne Vedovini— en la aldea francesa de Haut-Vernet. Sus restos óseos aparecieron ocho meses más tarde —en abril de 2024— a unos 100 metros de la vivienda de estos familiares, que ahora han sido detenidos junto a dos de sus diez hijos, ambos mayores de edad.
Los arrestos se han producido este martes en La Bouilladisse, el municipio en el que viven habitualmente los padres de la madre de la víctima (a unos 200 kilómetros de donde desapareció). Se les acusa de "homicidio doloso" y "ocultación de cadáver", según ha anunciado la fiscalía de Aix-en-Provence. Las imágenes difundidas por el periódico Le Perisien muestran que la policía se ha incautado de un remolque para caballos que ha sacado de la propiedad precintado con plásticos.
Una desaparición extraña
Cuando el pequeño Émile desapareció, en la pequeña aldea de los Alpes, apenas llevaba unas horas en casa de sus abuelos. Sus padres no estaban en la vivienda. Según los familiares que estaban a su cuidado, el niño durmió una larga siesta aquella tarde. Y, después, simplemente se le perdió la pista. Unos vecinos dijeron haberle visto bajar la calle alrededor de las 17.15 horas.
La Gendarmería fue alertada de su ausencia poco después de las 18.00 horas. La llamada la realizó su abuela. Cientos de personas se sumaron a las batidas que se realizaron en las horas y días posteriores. Pero no se encontró nada. Su desaparición fue considerada de riesgo desde el principio.
La investigación fue rápidamente transferida a dos jueces de instrucción de Aix-en-Provence, que consideraron improbable que el niño pudiera haberse marchado por su propio pie sin dejar ningún rastro y sin que fuera localizado tras una búsqueda pormenorizada. La desaparición fue reclasificada como "secuestro" y "detención".
El hallazgo de los restos
Las autoridades locales sabían que sería muy difícil encontrarlo con vida, una vez pasados los primeros días. Haut-Vernet está situada a 1.200 metros de altura y rodeada de bosques. Sus restos fueron hallados ocho meses después, abriendo una nueva etapa en la investigación de los hechos, fundamentalmente para esclarecer las circunstancias del fallecimiento del pequeño.
La autopsia no reveló demasiado y las pesquisas policiales se centraron en intentar determinar si el menor murió en el lugar donde fue localizado o si -por el contrario- alguien puso allí sus restos. Indudablemente, el hecho de que estuvieran a sólo 100 metros de la casa de sus abuelos resultaba sorprendente y los investigadores no lo pasaron por alto, destacó Daily Mail.
El abuelo, investigado por abusos
El entorno del caserío fue rastreado minuciosamente por los gendarmes, que establecieron un perímetro de búsqueda de cinco kilómetros. Las sospechas se cernieron entonces sobre el abuelo materno del pequeño, aunque la policía francesa señaló que esta vía se estaba investigando "al mismo nivel" que las demás.
El varón estuvo bajo investigación por presuntos abusos y agresiones sexuales cometidos a principios de la década de 1990 en una escuela religiosa privada en Pas-de-Calais. Y se daba la circunstancia de que él era la persona que estaba a cargo del menor el día de su desaparición. Este asunto habría provocado desavenencias entre el abuelo y los padres del menor.
Así lo recogerían las escuchas policiales realizadas al entorno familiar del niño en los últimos meses, según informa el diario Le Parisien. El pasado del fisioterapeuta-osteópata planteaba dudas a los padres de Èmile sobre lo que podría haber sucedido la tarde en la que desapareció, a pesar de que intentaban guardar las apariencias en público.

