
El pasado 25 de marzo, Ilaria Sula, una estudiante italiana de 22 años, fue asesinada brutalmente en el domicilio familiar de su pareja, Mark Antony Samson, de 23 años, en el barrio Africano de Roma. Los hechos comenzaron hacia las 11:00 de la mañana, cuando Samson, según su propia confesión, leyó en el teléfono de Ilaria un mensaje procedente de otro joven. Presa de los celos, la atacó con un cuchillo de cocina, asestándole al menos tres puñaladas en el cuello. La joven murió a causa de un violento shock hemorrágico. Ambos mantenían una relación sentimental reciente y vivían juntos en la habitación del domicilio familiar, donde también residían los padres del agresor.
Una huida meticulosa
Tras el asesinato, el joven puso en marcha un plan para deshacerse del cuerpo y eliminar cualquier prueba del crimen. En cuestión de tres horas, envolvió el cadáver en una bolsa de plástico, lo introdujo en una maleta con ruedas y, alrededor de las 14:00, arrastró el equipaje hasta su coche. Desde allí se dirigió a una zona boscosa del municipio de Poli, en las afueras de Roma, donde arrojó la maleta por un barranco. El cuerpo fue hallado una semana después.
En los días posteriores, Samson intentó despistar a familiares y conocidos utilizando el teléfono móvil de Ilaria para mantener activa su cuenta en redes sociales y simular que seguía con vida. Sin embargo, la investigación pronto apuntó hacia él. Fue detenido y trasladado a la prisión de Regina Coeli, donde permaneció durante un interrogatorio de casi cinco horas. En un primer momento implicó a su madre, asegurando que le había ayudado a limpiar la escena, aunque más tarde se retractó y declaró haber actuado solo.
La madre rompe su silencio
No obstante, las autoridades ya tenían serias sospechas sobre la implicación de Nors Man Lapaz, madre del acusado, que se encontraba en el domicilio en el momento del crimen. Las señales de su teléfono móvil la situaban en la vivienda, y la lógica del caso hacía inviable que su hijo hubiese actuado completamente solo en tan poco tiempo.
La mujer acudió voluntariamente a declarar el lunes por la tarde, acompañada de su abogado. Aunque compareció inicialmente como persona informada sobre los hechos, tras más de tres horas de interrogatorio terminó confesando que tuvo un papel activo en las fases posteriores al crimen. Reconoció haber ayudado a su hijo a limpiar la habitación donde se cometió el asesinato, lo que derivó en su imputación formal por un delito de complicidad en la ocultación de un cadáver. Los investigadores también evalúan si colaboró en la introducción del cuerpo en la maleta.
Un crimen planificado
El juez de instrucción subraya en su auto la frialdad e insensibilidad con la que actuó el joven, que atacó de forma brutal a una persona que confiaba en él. Samson está acusado de homicidio doloso agravado y ocultación de cadáver, y continúa en prisión preventiva.
La situación del padre sigue bajo investigación. Aunque todo indica que no se encontraba en casa durante el crimen, no se descarta que pudiera haber tenido conocimiento de lo ocurrido posteriormente.
El abogado de la madre, Paolo Foti, aseguró a los medios que los padres del chico "están destrozados, incrédulos, todavía en estado de shock" y que han querido pedir un "sincero perdón por lo sucedido".

