
Un turista italiano de 49 años, identificado como Omar Farang Zin, murió el pasado jueves en los montes Cárpatos, en la región central de Argeș (Rumanía), tras ser atacado por una osa parda. El hombre viajaba solo en motocicleta cuando fue sorprendido por el animal, que lo arrastró hasta el fondo de un barranco. Su cuerpo fue localizado sin vida aproximadamente una hora después por los equipos de emergencia, tras haber sido alertados por otros turistas presentes en la zona.
Según informa el Daily Mail, el día anterior al suceso, Zin había publicado en su cuenta de Facebook varias imágenes en las que se le veía muy cerca de un oso adulto, así como posando sonriente junto a una cría. En uno de los vídeos compartidos, grabado mientras circulaba en motocicleta, se le escucha comentar: "¡Aquí está el oso! Qué bonito. Viene hacia mí". Estas publicaciones indican un contacto muy próximo con los animales, algo que las autoridades y expertos desaconsejan expresamente por el riesgo que conlleva tanto para los humanos como para la fauna salvaje.
L'orso al lato della strada, l'ultimo video dell'italiano ucciso in Romania. Si chiamava Omar Farang Zin e aveva 48 anni il motociclista del Varesotto sbranato dall'animale pic.twitter.com/hKbSJfuCN5
— Tgr Rai Lombardia (@TgrRaiLombardia) July 4, 2025
Las autoridades rumanas confirmaron que la osa implicada en el ataque fue posteriormente abatida. Por otro lado, medios italianos han señalado que Omar Farang Zin trabajaba en el aeropuerto de Milán-Malpensa y era un aficionado habitual a los viajes en moto. Tras conocerse la noticia, su perfil en redes sociales se ha llenado de mensajes de despedida por parte de amigos y allegados, muchos de los cuales lo han recordado como una persona cercana y apreciada.
Presión sobre el hábitat
Rumanía alberga una de las mayores poblaciones de osos pardos de Europa, con una estimación de entre 10.000 y 13.000 ejemplares. De acuerdo con el Ministerio de Medio Ambiente, cerca de 30 personas han muerto por ataques de osos en las dos últimas décadas. En 2023, el Parlamento duplicó la cuota de caza anual con el objetivo de reducir el número de ejemplares que acceden a zonas habitadas en busca de alimento.
Expertos en fauna salvaje relacionan el aumento de incidentes con la presión humana sobre el entorno natural. La expansión urbana, la tala de bosques y la gestión deficiente de residuos han favorecido la aparición de osos en áreas próximas a carreteras, poblaciones y vertederos. Advierten, además, de la falta de medidas preventivas eficaces por parte de las autoridades.