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De criminólogo a asesino en serie: Kohberger mató a cuatro estudiantes en una noche

El autor de los hechos es un joven —de 28 años, cuando cometió los crímenes— que estudiaba un postgrado y trabajaba como ayudante de cátedra.

El autor de los hechos es un joven —de 28 años, cuando cometió los crímenes— que estudiaba un postgrado y trabajaba como ayudante de cátedra.
Imágenes de la escena del crimen y Kohberger, facilitadas por la policía. | Mowcow Police Department

Bryan Kohberger —de 30 años, en la actualidad— ha sido condenado a cuatro cadenas perpetuas consecutivas sin posibilidad de libertad condicional por los asesinatos de cuatro jóvenes estudiantes de la Universidad de Idaho (Estados Unidos) en noviembre de 2022. Además, el juez Steven Hippler le ha impuesto una pena de 10 años por robo con allanamiento de morada y el pago de 290.000 dólares en multas económicas para las familias de las víctimas.

La sentencia se hizo pública el pasado 23 de julio, después de que Kohberger aceptara un acuerdo con la fiscalía que ha levantado ampollas porque —aunque tenía que renunciar a su derecho a apelar— no exigía al acusado que revelara la motivación o motivaciones que le llevaron a cometer los crímenes a cambio de eximirle de la pena de muerte. Hasta ese día, el 30 de junio, el estudiante de Doctorado en Criminología de la Universidad Estatal de Washington se declaraba inocente.

En la sesión del juicio celebrada el 2 de julio de 2025, Kohberger se declara por primera vez culpable de los cuatro cargos de asesinato en primer grado, que —a preguntas del juez— reconoció haber cometido con premeditación y alevosía. Cabe recordar que los agentes que intervinieron el día de los hechos, dijeron haberse encontrado en la escena del crimen una orgía de sangre y violencia.

Los crímenes de Idaho

Los hechos se remontan a la madrugada del 13 de noviembre de 2022. Kohberger se coló alrededor de las cuatro de la madrugada en una casa de alquiler compartida por seis estudiantes de la mencionada universidad y mató a cuatro de los jóvenes que en ese momento estaban en el interior de la vivienda (otros dos que se encontraban en el domicilio resultaron ilesos).

Las víctimas de la masacre son tres de las residentes que vivían allí —Madison Mogen y Kaylee Goncalves, ambas de 21 años; y Xana Kernodle, de 20 años— y el joven con el que salía una de ellas —Ethan Chapin, de 20 años y novio de Xana—. Los cuatro fueron brutalmente apuñalados en reiteradas ocasiones con un cuchillo que el condenado compró por internet ocho meses antes de perpetrar los crímenes.

El arresto de Kohberger

Precisamente la funda del arma, que su asesino dejó abandonada sobre edredón el de la cama de una de las víctimas (en el tercer piso de la vivienda), llevó a la policía hasta el autor de los crímenes unas semanas más tarde. El 19 de diciembre fue identificado y el 30 de diciembre fueron a por él. Le arrestaron en el domicilio de sus padres en Albrightsville (Pensilvania), donde se encontraba pasando las vacaciones de Navidad.

La policía encontró ADN en el estuche de un cuchillo Ka-Bar que el estudiante de criminología se dejó en la escena del crimen. El arma nunca apareció. Pero el análisis genético (los restos hallados en la funda eran coincidentes, pertenecían al acusado) unido a los movimientos del teléfono de Kohberger y de su Hyundai Elantra blanco fueron suficiente para acorralar al culpable.

El móvil de Bryan se desconectó de la red local durante aproximadamente dos horas la madrugada en laque tuvieron lugar los asesinatos, de 2:47 a 4:48 de la mañana. Cuando se restableció la conexión, el teléfono se encontraba en una carretera al sur de Moscow y después regresó a Pullman. Movimientos que coinciden con los registrados por las cámaras de seguridad que captaron su Elantra aquella noche.

¿Acechaba a Goncalves?

La investigación policial ha revelado que Kaylee Goncalves estaba preocupada porque creía que había un hombre que la acechaba. Alguien a quien vio observando desde la línea de árboles que rodea la casa —en el 1122 de King Road, Moscow— y también desde un contenedor de basura próximo a la vivienda.

Según contó a sus amigos, la joven estudiante sufrió un incidente con un hombre que la siguió hasta donde tenía estacionado su coche en el parking de un supermercado WinCo cercano a su domicilio e intentó abrirle la puerta después de que ella entrara en el vehículo.

Robos extraños (e íntimos)

En otra ocasión, alguien abrió el coche de Kaylee cuando estaba estacionado en la calle pero sorprendentemente sólo movió algunas de las pertenencias de la joven de sitio —como un brillo de labios— y le robó la ropa interior que había dentro de la maleta que estaba en el habitáculo, y que el ladrón dejó abandonada fuera del vehículo.

Aunque la policía no ha comunicado si tiene pruebas de que Kohberger acosara a la chica antes de los asesinatos, sí ha trascendido que una alumna de postgrado de la universidad en la que el asesino cursaba su doctorado denunció el robo de artículos íntimos —incluido su perfume y prendas de ropa interior— en las semanas previas a los crímenes.

¿Quién era antes?

Cuando cometió los terribles asesinatos, Bryan Kohberger era un brillante joven —de 28 años— que estudiaba un postgrado en Criminología y era ayudante de cátedra en la Universidad de Pullman (Washington), a poca distancia del campus de la de Idaho en la vecina ciudad de Moscow.

En 2020, se licenció con honores en Psicología en la Universidad DeSales de Pensilvania. Aparentemente, no tenía grandes problemas. Era el tercer hijo de un matrimonio bien avenido que trabajaba en el centro escolar en el que Bryan estudió. En definitiva, una familia tradicional de clase media. El tenía la vida resuelta. Pero, como dice el refrán, "no es oro todo lo que reluce".

Señales de alerta

Las entrevistas que la policía ha realizado a sus profesores y compañeros de doctorado tras su captura han revelado que había tenido enfrentamientos y comportamientos inadecuados con muchos de ellos, especialmente con las mujeres. Su objeto de estudio era el "robo con fines sexuales".

Una de las docentes dijo a los agentes que en una reunión con sus colegas planteó que veía señales de alerta en Kohberger. "Es tan inteligente que en cuatro años tendremos que darle un doctorado", recogen los registros policiales. "Durante todos esos años como profesor, oiremos que acosa, acecha y abusa sexualmente de estudiantes", les advirtió. "Trabajo con depredadores, era de ese tipo".

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