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Asesinan con más de 50 puñaladas a un jubilado ciego de la ONCE en Ubrique

Ambrosio, de 61 años, fue encontrado sin vida en su finca de Tavizna tras varios días sin dar noticias.

Ambrosio, de 61 años, fue encontrado sin vida en su finca de Tavizna tras varios días sin dar noticias.
La vivienda de Ambrosio en Tavizna, acordonada por la Guardia Civil durante la investigación. | EFE

Ubrique, una localidad enclavada en plena sierra gaditana, vive días de luto y conmoción por el asesinato de Ambrosio —de 61 años, ciego y jubilado de la ONCE—. Un crimen que ha dejado perplejos a vecinos, familiares y autoridades locales. Su cuerpo fue hallado en la madrugada del pasado sábado en una finca familiar situada en Tavizna, pedanía de Benaocaz. La autopsia ha revelado que recibió más de 50 puñaladas.

La víctima solía acudir con su padre, de casi cien años, a esta finca donde ambos pasaban jornadas tranquilas rodeados de naturaleza. Salían a diario desde su domicilio, tomaban un autobús y caminaban hasta el terreno, situado a unos ocho kilómetros del núcleo urbano. Pero esta vez fue diferente, ya que Ambrosio no regresó.

Al caer la tarde del viernes, sus hermanos, preocupados por la falta de noticias, intentaron contactarlo sin éxito. Horas después, su cadáver fue encontrado en la vivienda rural, en medio de una escena de gran violencia. La casa estaba revuelta y presentaba numerosos rastros de sangre.

"Un hombre sin maldad"

La noticia ha sacudido a todo Ubrique, ya que Ambrosio era conocido por su carácter afable y generoso. "Era un hombre de buen corazón, sin maldad. Amaba a su familia. Como no tenía hijos, sus sobrinos y los hijos de ellos eran como sus hijos y sus propios nietos", relatan vecinos conmovidos, según ha informado El Mundo.

"Muy triste, porque ese hombre era muy trabajador y, además, indefenso, porque no veía", relata a EFE una vecina visiblemente afectada. "Era apañado, no se metía con nadie. ¿Cómo se va a esperar esto? Es un dolor grande, porque lo conocía todo el pueblo y a su familia también", añade otra vecina en declaraciones a la agencia de noticias.

Ambrosio dedicó 30 años y 26 días de su vida a vender cupones para la ONCE. Su trayectoria en la organización comenzó en febrero de 1987. A los 24 años perdió la visión de un ojo tras un accidente doméstico, mientras pelaba un conejo. Años más tarde, una caída en su casa lo dejó completamente ciego.

Desde entonces, se convirtió en una figura entrañable en Ubrique. Con su bastón y sus cupones, recorría las calles del pueblo, especialmente en las inmediaciones del bar Acapulco. Dejó el trabajo en 2017, ya prejubilado, pero seguía viviendo con su padre, quien aún desconoce la brutal forma en que fue asesinado.

Asesinato con ensañamiento

Los investigadores creen que el móvil del crimen podría ir más allá de un simple robo. Aún no se han producido detenciones, pero se barajan diversas hipótesis. No se descarta que el autor —o autores— conociera a Ambrosio.

La alcaldesa de Benaocaz, Olivia Venegas, ha denunciado la falta de recursos en la zona y la urgente necesidad de reforzar la seguridad. La noche del crimen, una sola patrulla de la Guardia Civil cubría seis municipios de la sierra gaditana. "Ambrosio era una persona muy buena, con un corazón muy grande", lamenta la regidora.

Por respeto a la familia, la ONCE ha optado por no hacer más declaraciones públicas. Sin embargo, su director en Ubrique, Juan Antonio Moreno, ha reconocido el profundo dolor que ha causado la muerte de Ambrosio en la organización, donde dejó una huella imborrable.

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