Se cumplen 24 años del crimen de Helena Jubany, registrado el 2 de diciembre de 2001 en Sabadell (Barcelona). Uno de los casos más persistentes y dolorosos de la crónica criminal española. Durante más de dos décadas ha sobrevivido gracias al empeño insondable de su familia, especialmente de su hermano Joan Jubany, que cada 2 de diciembre recuerda públicamente la fecha en que mataron a Helena y que ha promovido incluso un premio literario en su memoria.
El reciente ingreso en prisión provisional de Santiago Laiglesia Pla, acordado el 28 de noviembre de 2025, ha devuelto el caso a un punto que parecía inalcanzable: el umbral de un posible juicio. Para entender la magnitud de ese paso es necesario reconstruir un recorrido marcado por errores judiciales, negligencias policiales, nuevas pruebas científicas y una secuencia inquietante de hechos que se inició mucho antes del crimen.
Cartas y bebidas con somníferos
El primer indicio inquietante apareció el 17 de septiembre de 2001. Aquella mañana, Helena encontró en la puerta de su vivienda de la calle Francesc Layret de Sabadell una carta anónima acompañada de una horchata, su bebida favorita. El laboratorio determinaría después que contenía benzodiacepinas. El mensaje, redactado en un tono aparentemente amistoso, decía:
"Helena, sorpresa. Pasábamos por aquí y hemos dicho: a ver a Helena qué se explica. Somos ???? (te llamaremos). A comérselo todo".
Primera nota anónima dirigida a Helena Jubany
Tres semanas más tarde llegó un segundo anónimo, esta vez acompañado de unas pastas y un zumo de naranja que también contenía somníferos. El texto, escrito en dos caligrafías distintas y con referencias explícitas a la Unión Excursionista de Sabadell, decía:
"Helena, antes que nada, esperamos que te tomes esto con el mismo sentido del humor que nosotros. A la tercera te destaparemos el misterio. Es bastante seguro de que te hartarás a reír.
Nos gustaría mucho volver a coincidir en una excursión de la Unión Excursionista de Sabadell. ¡Ya hablaremos!
Ahora vamos a ver si encontramos un lugar 'bueno bonito y barato' en Sabadell para perfeccionar el inglés.
¡Ah! Buen provecho, no nos hagas uno feo, eh?!
A la tercera ya nos invitarás tú, no lo ponemos en duda.
Besos".
Segunda nota anónima dirigida a Helena Jubany
Helena bebió el zumo en la biblioteca de Sentmenat, donde trabajaba, y comenzó a encontrarse mal, hasta el punto de no poder regresar a casa por su cuenta. Pasó la noche en el coche de un amigo, y al día siguiente no recordaba nada. El 5 de noviembre entregó el zumo en un laboratorio, que confirmó la presencia de Noctamid.
Años después, ya en la fase de reapertura, la Policía Científica atribuyó la autoría de aquellos anónimos a Xavi Jiménez, miembro de la Unió Excursionista de Sabadell y uno de los dos investigados actuales. Ese vínculo entre las cartas y Jiménez resultó determinante para reconstruir el hostigamiento previo a la víctima y el entorno desde el que se produjo.
A finales de diciembre, Helena desapareció. Dos días después apareció muerta en el patio interior de un edificio de la calle Calvet d'Estrella de Sabadell, donde residía Montserrat (Muntsa) Careta, amiga de la víctima y pareja de Santiago Laiglesia. La autopsia concluyó que la joven había sido drogada con Noctamid, presentaba quemaduras y fue arrojada desnuda y aún con vida desde la azotea.
En el piso donde vivían Careta y Laiglesia, se encontraron cajas de Noctamid y cerillas del mismo tipo que las halladas en la azotea. Un vecino afirmó posteriormente que en el buzón del edificio figuraban los nombres de ambos, aunque Laiglesia trató repetidamente de desvincularse de la vivienda.
La investigación inicial fue desastrosa. El caso lo instruyó un juez, Manuel Horacio, descrito en los autos y testimonios familiares como totalmente desinteresado en resolver el crimen. La actuación policial fue considerada un "auténtico insulto", llena de errores, coartadas sin comprobar y contradicciones sin resolver.
Careta ingresó en prisión provisional y acabó suicidándose en la cárcel de mujeres de Wad-Ras, proclamando su inocencia, mientras que Laiglesia fue desimputado en 2005 por falta de pruebas. El caso quedó sobreseído, pese a que la familia de Helena nunca creyó que la mujer hubiese actuado sola.
El paso del tiempo no apagó la búsqueda de justicia. En 2021, cuando apenas faltaban horas para que el caso prescribiera, el juez instructor imputó por primera vez a Xavi Jiménez, a quien se vinculó con los anónimos envenenados. También se volvió a imputar a Santiago Laiglesia y se ordenó cotejar los perfiles genéticos de ambos con restos biológicos detectados en el jersey que vestía Helena el día del crimen.
Ese análisis, confirmado en junio de 2022, reveló cuatro perfiles genéticos distintos en la prenda: dos femeninos y dos masculinos. El posterior estudio cromosómico, realizado por la Unidad Central de Análisis Científicos de la Policía Nacional, determinó que uno de los perfiles masculinos coincide al 100 % con el linaje de Laiglesia, mientras que en el caso de Jiménez el resultado fue negativo. Una segunda prueba independiente reafirmó la conclusión.
El resultado implica, según el informe, que Laiglesia tocó el jerseyque Helena llevaba cuando fue asesinada, algo relevante porque él siempre ha negado cualquier contacto con la joven en esos días. La Policía Científica subrayó además que, si hubiera otras personas relacionadas con los hechos, sería útil cotejar su ADN, pero el problema es que el caso ya está prescrito para todos aquellos que no fueron imputados en los últimos 20 años. Eso deja como únicos candidatos a Laiglesia, Jiménez, Anna Echaguibel (imputada en los primeros momentos) y la propia Montserrat Careta.
Las nuevas pruebas genéticas
Todo ese trabajo pericial culminó en otoño de 2025. Tras un año entero de análisis sobre la prenda de Helena y sobre los perfiles de los sospechosos, los informes apuntaron que era 24 veces más probable que el ADN hallado en el jersey perteneciera a Santiago Laiglesia que a cualquier otra persona evaluada. Este dato, junto con el conjunto de indicios y contradicciones acumulados, llevó a la Fiscalía a solicitar una nueva declaración del sospechoso.
El 28 de noviembre de 2025, Laiglesia compareció ante el Juzgado de Instrucción número 2 de Sabadell por primera vez desde 2002 y se negó a declarar. La jueza, apreciando riesgo de fuga y de influencia sobre testigos, ordenó su prisión provisional comunicada y sin fianza. La familia de Helena recibió la noticia entre lágrimas. "Es un paso adelante muy importante porque por primera vez tenemos una prueba directa", afirmó Joan Jubany; "supone empezar a romper la impunidad", añadió el abogado Benet Salellas.
La instrucción entra ahora en una fase decisiva. La acusación particular está valorando si solicitar nuevas diligencias previas antes de la apertura de juicio, incluida la posibilidad de pedir la prisión preventiva de Xavi Jiménez, que desde 2022 tiene retirado el pasaporte. Si no se ordenan más pruebas, la jueza tendrá que decidir sobre los escritos de acusación y la eventual apertura de juicio oral.
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