Tres semanas después de la devastadora DANA que azotó la Comunidad Valenciana, Paiporta sigue luchando contra los efectos de la inundación. En el municipio, el agua sucia continúa inundando calles, casas y edificios públicos, dejando un rastro de barro, cañas y basura en su paso. La situación es especialmente grave en las alcantarillas, que están obstruidas por la acumulación de sedimentos y residuos, lo que ha dificultado enormemente las labores de drenaje. El olor putrefacto que emana de las aguas estancadas se mezcla con una imagen desoladora de destrucción y desolación.
La Unidad Militar de Emergencias (UME) sigue trabajando sin descanso en la zona, especialmente en el Ayuntamiento de Sádava, donde han estado realizando un intenso trabajo de limpieza y evacuación. Los efectivos de la UME se han centrado en la retirada de archivos y documentos municipales que, tras la inundación, han quedado empapados, dañados y en gran parte destruidos. La documentación, que refleja la historia y gestión administrativa del municipio, se encuentra en un estado de putrefacción que hace casi imposible su recuperación.
Pero el trabajo de la UME no se limita solo a la limpieza de edificios públicos. Más de tres semanas después de la tragedia, continúan extrayendo vehículos atrapados en garajes y sótanos inundados. La fuerza del agua arrastró todo a su paso, dejando a los coches sumidos en un barro denso y una humedad que parece no dar tregua. Los equipos de rescate han tenido que emplear maquinaria especializada para retirar estos vehículos y liberar los espacios afectados.
La situación en Paiporta es crítica, y la población sigue enfrentando enormes dificultades para volver a la normalidad. Aunque los trabajos de drenaje y limpieza continúan, las infraestructuras básicas del municipio, como las alcantarillas y los sistemas de saneamiento, aún no han sido restauradas por completo, lo que retrasa la posibilidad de una recuperación más rápida. Los vecinos, que en su mayoría siguen viviendo entre la destrucción, esperan con desesperanza a que la situación mejore, aunque la tarea parece titánica.
Mientras tanto, las autoridades locales y regionales, junto con los equipos de la UME, siguen luchando por minimizar los daños y asegurar que no haya más víctimas. A pesar de los esfuerzos, la magnitud de la tragedia sigue dejando una huella profunda en los habitantes de Paiporta, que todavía no han podido superar los estragos de la DANA. La recuperación de la ciudad y de sus habitantes parece ser una tarea a largo plazo, que requerirá no solo tiempo, sino también un esfuerzo conjunto de todas las instituciones para restablecer la normalidad.
4o mini