Será porque el Farsa le teme más que a un nublado; es el único que poco a poco les va doblando el brazo, y si no fuera por el favor de los árbitros, ya les habría ganado el pulso.
No nos equivoquemos. La rivalidad deportiva entre el Real Madrid y el Barsa dejó de ser tal hace tiempo. Dicha rivalidad, por obra y gracia de los catalufos y sus altavoces mediáticos, se ha convertido en política.
Sus ataques al Madrid no son un "fin" sino un "medio". Su objetivo es más elevado: todo lo que suene a España.
La pieza a cazar por PRISA, los juglares del guardiolismo y el antimadridismo en general, es Florentino. Mourinho es un objetivo interpuesto, jugoso, pero no el principal.
Tienen ustedes toda la razón. La campaña contra el Real Madrid no tiene límites. Yo, que soy un oyente nocturno de radio, me he tenido que refugiar en Walter García y EsRadio. Las demás emisoras son insoportables.