De los 1.500 asesores con que contaba el regidor madrileño -según el grupo municipal socialista-, su número se ha reducido a sólo 392 en los presupuestos del Ayuntamiento de Madrid para el presente ejercicio, cifra que sigue siendo muy elevada teniendo en cuenta que la administración municipal cuenta con 22.340 funcionarios.
En concreto, Gallardón se apoya para su gestión en 269 altos cargos con funciones ejecutivas, que sumados a los 392 asesores sin función orgánica conocida da como resultado un equipo de 661 cargos de confianza, todos dispuestos a aconsejar al alcalde en lo que sea menester.
Por su propia naturaleza, se trata de 661 puestos de trabajo con una elevada retribución -según las cuentas de la oposición municipal cobran una media de 7.200 euros brutos mensuales-, que son provistos por personas de confianza del alcalde o de su círculo más directo sin necesidad de oposición o concurso de méritos alguno, al contrario que los puestos funcionariales que sí exigen una prueba de mérito y capacidad.
Para ser uno de estos asesores o altos cargos tampoco se exige al agraciado ninguna titulación específica como requisito previo ni experiencia determinada en el ramo sobre el que tenga que asesorar al alcalde o su séquito. Son cargos llamados de "confianza", que sólo responden ante órgano político mientras están en ejercicio y que, por tanto, pueden ser también cesados a voluntad de la máxima autoridad municipal.
De hecho, su carácter de "personal eventual" -así se denominan a estos afortunados en cualquier presupuesto público- implica su cese automático en cuanto es relevada de su cargo la autoridad política que les nombró. Siempre, claro, que previamente no hayan sido "funcionarizados" a través de oposiciones restringidas, práctica habitual en la administración pública sea cual sea el color de su titular, y razón por la cual el número de empleados públicos no deja de crecer legislatura tras legislatura.