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Carmelo Jordá

¿Leer con tarifa plana?

Lo esencial para que un modelo de negocio de pago sea exitoso será la profundidad y calidad del catálogo que se ofrezca, algo que creo que todavía no se ha conseguido con el nivel deseable

¿Es la biblioteca de pago un modelo de futuro para el mercado editorial? Si escuchamos a los responsables de 24symbols sí: la empresa española ha puesto en marcha su modelo de pago en las últimas semanas y ha vuelto a llamar la atención de propios y extraños, como ya hiciera con motivo de su lanzamiento.

El nuevo formato de 24symbols ofrece, como no podría ser de otro modo, algunas ventajas sobre el modelo gratuito: el catálogo es algo mayor (y algunas de las referencias más interesantes sólo están disponibles para clientes premium), se elimina la publicidad y, sobre todo, brinda la posibilidad de leer una obra sin estar conectado a la red en ese momento.

Todo por un precio que me parece muy competitivo: a partir de cinco euros al mes si decidimos contratar el servicio durante todo un año.

¿Qué futuro se puede augurar a este modelo de negocio? ¿Qué incidencia puede tener dentro del nuevo mundo editorial que está generando el libro electrónico? Es difícil decirlo ahora, hay varios factores que juegan a favor de la apuesta de 24symbols: la aplicación desarrollada está bien pensada tanto en su versión web como en la de iPad y el mercado de tabletas (que por ahora siguen siendo el soporte en el que mejor puede funcionar servicios como este) está en constante crecimiento.

Sin embargo, como en todo lo relacionado con el contenido, creo que lo esencial para que un modelo de negocio de pago sea exitoso será la profundidad y calidad del catálogo que se ofrezca, algo que creo que todavía no se ha conseguido en el nivel deseable, si bien es cierto que es pronto para emitir un juicio definitivo: el mundo de la edición digital está aún en una fase preliminar, aunque a muchos nos parezca llevamos muchísimo tiempo dando la tabarra con esto.

Me parece aventurado asegurar que el 24symbols o alguno de los competidores que puedan surgirle triunfarán, tengo algunas dudas sobre la propia idea (que probablemente tengan mucho que ver con lo poco que he usado las bibliotecas en mi vida y que tengo que confesar que ya no sé si tienen el mismo sentido en el mundo digital) y todavía más sobre si hay masa crítica suficiente de lectores.

Pero creo todavía más difícil defender radicalmente que la idea o una evolución a partir de esta idea no van a triunfar. ¿Quién puede saberlo en un mercado que se está redefiniendo por completo y en el que tenemos que ver todavía muchas formas nuevas y diferentes de consumir y comercializar libros?

Eso es, precisamente, lo mejor de la situación actual: casi todo está por ver y hay mucho por crear. Lo que desde luego no es recomendable es quedarse quieto.

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