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Emilio J. González

Una ayuda del dólar

En las últimas semanas, la Bolsa estaba empezando a mostrar signos de cansancio. Es lógico. El mercado de valores lleva doce meses subiendo, sin más descanso que el que se tomó en septiembre, y acumula en este periodo una ganancia del 42,6% y del 6% en lo que va de año. Lógicamente, en algún momento tendría que parar para tomar un respiro, a la espera de nuevas noticias que justifiquen otro impulso alcista.
Hoy por hoy, el mercado ya ha descontado la mejora de beneficios en 2003 y prácticamente ha rehecho sus previsiones para 2004 a la luz de los resultados presentados en los dos últimos meses. Asimismo, las cotizaciones ya incluyen una mejora del panorama económico que ha justificado las subidas de los últimos meses. Incluso, los precios de las acciones están asumiendo que el Banco Central Europeo va a mantener bajos los tipos de interés durante más tiempo del que, en un principio, creían los analistas. Por tanto, el mercado necesitaba nuevos argumentos, nuevas noticias, nuevos datos, para seguir subiendo. En ausencia de ellos, estaba sucediendo lo lógico: la Bolsa inició una corrección suave en busca de fuerzas para continuar con su escalada. Pero el movimiento no ha durado mucho porque esas noticias que hacían falta para mover otra vez los precios de las acciones, empezaron a llegar.
 
El cambio ha venido motivado por el dólar, que ha echado una mano para que continúe la subida de la Bolsa. Después de bastantes meses de debilidad frente a la moneda europea, la divisa estadounidense parece que ha tocado suelo en el cambio de 1,29 dólares por euro. Incluso, la tendencia podría estar cambiando. Las últimas palabras del presidente de la Reserva Federal, Alan Greenspan, en el sentido, por un lado, de que la economía norteamericana goza de buena salud y, por otro, de que si no se corrige el déficit presupuestario por la vía del recorte de gastos los tipos de interés estadounidenses subirán han animado al dólar. Greenspan habló el miércoles 25 y, desde entonces, el ‘billete verde’ empezó a remontar posiciones. Al día siguiente, los políticos europeos aprovecharon la ocasión y tanto los alemanes como los franceses pidieron al BCE un recorte de los tipos de interés para reconducir el cambio del euro frente al dólar hacia la paridad. El banco, rápidamente, salió al quite y dijo que de tocar el precio oficial del dinero, nada de nada, pero la presión, de momento, parece que ha surtido efecto sobre el mercado de divisas en forma de pérdida de fuerza de la moneda única.
 
Estos hechos no han pasado desapercibidos para los mercados de valores. Un cambio de tendencia en la evolución del dólar supone que los productos europeos empiezan a recuperar competitividad vía precios, lo que permitirá una recuperación más fácil de la economía de la Unión Europea. En el caso español, además, se une que muchas de nuestras empresas tienen fuertes intereses en Latinoamérica cuya traslación a la cuenta de resultados está muy influida por el juego del tipo de cambio dólar/euro. Ese juego en los últimos años ha resultado adverso para nuestras compañías; ahora puede ser favorable. Esto es lo que explica que la corrección de la Bolsa haya sido tan corta, al menos por lo que parece en estos momentos.
 
Ahora queda por saber si ese cambio de tendencia en el curso del dólar se confirma o no. Para ello sería preciso que el tipo de cambio frente al euro superase el nivel de los 1,23. Si esto sucede, los precios de las acciones reaccionarán de forma positiva. En caso contrario, probablemente vuelva la corrección, posiblemente no muy importante, en busca de nuevas fuerzas y a la espera de noticias para seguir subiendo.

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