Cada vez que un partido político decide abrir “un gran debate” para acabar con la manipulación y el ventajismo en televisión lo más que podemos esperar de él y sus oponentes es una guerra de desgaste y un enredo parlamentario que nos dejará justo donde estábamos. El PSOE acaba de plantear una campaña que deberá concluir con una propuesta al Parlamento para que las cadenas públicas pierdan sus vicios. Especialmente, el que les lleva a no dejar que la oposición esté más presente en la pequeña pantalla que el partido gobernante. Tanto el Partido Socialista como el Popular están haciendo gestos de acercamiento para poder pactar algunos puntos mínimos sobre las televisiones públicas. Zaplana ha ofrecido su mano para llegar a acuerdos sobre el destino de Canal 9, pero, en lo tocante a medios de información, nadie se fía un pelo del contrario. Aunque en la mesa de negociación se planteen grandes mejoras sobre el tratamiento de las minorías, y hasta se acerquen posiciones para no ir aumentando las deudas de las Televisiones públicas, lo que más les preocupa a los políticos es cómo utilizar la tele para mantenerse en el poder o llegar a él y ese será el motivo de acuerdo, desacuerdo o cierre en falso de cualquier propuesta que se lleve al parlamento.
No es casual que la gran campaña que ha anunciado el PSOE comience con la reunión del Secretario de Organización, José Blanco, con jefes de prensa del partido de toda España y representantes socialistas en los consejos de las televisiones públicas. De allí, probablemente, saldrá un catálogo de la manipulación en las cadenas en las que manda el Partido Popular, pero lo que quizá les interese más de esta reunión es preparar las estrategias informativas y políticas que les permitan aumentar su presencia en los medios. Aunque se pueden ganar elecciones a pesar de quien mande en la tele, el tenerla a tu disposición ayuda mucho durante un par de legislaturas. Sobre el resto de temas que deberán tratar los diputados y senadores en su día (infancia, mujeres, ONGs, etc) pueden coger los miles de informes y papeles que se han hecho en los últimos veinticinco años y cambiarles la fecha. Así se acelerarán los trámites para llegar al “Gran acuerdo”.
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