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Encarna Jiménez

La salsa de Tele 5

“Salsa rosa” ya ocupa la noche de los sábados en Tele 5. Aunque parezca imposible que pueda abrirse hueco en la parrilla un nuevo programa del “corazón”, no hay que descartar que la salsa aguante un tiempo. El presentador es Santi Acosta, un ingenuo de pega que lo hacía bastante mal en “Al descubierto” (Antena3) y ahora intenta imitar al Ximo Rovira de “Tómbola” sin tener sus tablas. Los “periodistas” de plantilla son Maika Vergara (“Sabor a ti” en Antena 3), Sandra Aladro, guapa rubia de escasa pegada, Ángela Portero, que se entrena para ser Karmele, un tal Fierro que sólo calienta la silla, y el gran “capo” Pepe Calabuig, que hace las veces de Mariñas. Como puede verse, el parecido con “Tómbola”, la madre de todos los programas rosas, es grande, sobre todo por lo que dura.

De las tres horas y media del día del estreno, la primera estuvo dedicada a María Jiménez que, después de haber sido madrina el “Día del orgullo gay”, parece que le ha cogido gusto a bautizar acontecimientos. Como la experiencia es un grado, estuvo en su punto. Basta y directa como quiere Tele 5; sincera y rota, con aguante, y colocada lo suficiente para aguantar el tirón. En ese mismo punto estuvo Ricardo Bofill, que no se sabe si se hace el tonto o el borracho adrede, aunque lleve un régimen estricto para poder acudir a todos los programas que lo solicitan. El mismo que lleva Encarni, la madre de Patricia (Gran Hermano) contratada por Maria Teresa Campos para poner de los nervios a media España, mañana, tarde y noche.

Para estirar el invento e introducir desmadre conforme avanza el programa, hay un equipo “amateur” que increpa a los invitados. Como los periodistas tienen sus límites, se invita a cuatro o cinco descarados de ambos sexos para que suban los decibelios. Es lo que hace Sardá y se está extendiendo como método barato y “participativo” en todos los magazines que buscan bronca.

“Salsa rosa” no ofrece más novedad que la combinación de los ingredientes que utiliza Tele 5 de lunes a viernes, desde las mañanas de María Teresa Campos a las noches de Sardá. La única diferencia es la intensidad pornográfica que van administrando según horario y día. De momento Tele 5, quizá por algún resto cristiano, no ha pringado el domingo con la misma salsa, pero ya encontraran el resquicio para colar el pringue.


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