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De números y muertos

El dirigente socialista recurre a ese trabajo de Lancet porque sabe que nadie se lo va a leer. Y a él no le importa nada que, de hecho, el estudio sea insostenible.

A Pepiño Blanco no se le dan bien las matemáticas. Dice que a la manifestación del sábado acudieron algo más de 300.000 personas –una fracción de lo que realmente logró la convocatoria del PP– y que, en cualquier caso, los manifestantes en contra de la política no se sabe si anti o pro-terrorista del Gobierno eran menos, la mitad exactamente, que los muertos en Irak con la guerra. Pepiño no sabe contar ni en uno ni en otro caso.

No vamos a polemizar sobre la tarde del pasado sábado. No merece la pena. Pero sí sobre la cifra de 601.000 muertos civiles en Irak desde el 2003, sacada de un artículo de la revista británica Lancet de octubre del año pasado, que utiliza el PSOE tan a la ligera.

El dirigente socialista recurre a ese trabajo de Lancet porque sabe que nadie se lo va a leer. Y a él no le importa nada que, de hecho, el estudio sea insostenible. Es el medio, una revista científica, la que le vale para lanzar esa espeluznante cifra que, hasta la fecha, nadie se ha atrevido a analizar y criticar en nuestro país. Ya se sabe que Irak sigue siendo un tema monopolio de la demagogia de Rodríguez Zapatero.

El Pentágono ha reconocido unos 25.000 muertos civiles el año pasado en Irak; Naciones Unidas 35.000 y un estudio privado basado sobre el recuento de hospitales y la morgue en Bagdad ha calculado en torno a los 50.000. Todas esas cifras no le valen al PSOE, que elige defender la indefendible publicada en Lancet, 601.000 desde 2003 o unas 200.000 el año pasado. Casi mil al día.

El problema con esa cifra tan al gusto de los socialistas españoles es que es infundada y a la vez imposible, pues se basa en una metodología no sólo endeble sino que tiende a falsear los resultados de manera exagerada. En los países adelantados, como bien saben los sociólogos, el método de encuesta por excelencia es la entrevista telefónica. En los subdesarrollados, o donde la encuesta telefónica es inviable, se hace por lo que se conoce como clusters, esto es, se identifican barrios al azar y dentro de ellos a individuos para entrevistar puerta a puerta. La clave de la fiabilidad de este tipo de encuestas es su número, de tal forma que los encuestados y sus respuestas sean representativos de la opinión del país.

Pues bien, mientras que el estudio de la ONU en Irak, de 2004, recurrió a 2.200 clusters con diez entrevistados en cada uno de ellos, o la BBC recurrió a 135 con doce entrevistados en cada cluster, el informe publicado en Lancet empleó para sus conclusiones tan sólo 47 clusters. Frente a los 22.000 entrevistados por la ONU, los profesores de Lancet entrevistaron tan sólo a 1.849 personas. Sólo una encuesta de la ONU en Kosovo utilizó tan baja cantidad de clusters (50 exactamente), pero se medía a una población de 1,6 millones, no los más de 27 millones de iraquíes.

Otros sociólogos y encuestadores profesionales también han puesto de relieve más debilidades de la encuesta de Lancet, como la ausencia de datos demográficos sobre los encuestados, algo del todo inusual en este tipo de estudios. La selección "al azar" también ha sido denunciada por prestigiosos académicos de la universidad de Oxford, como Neil Johnson, quien ha puesto de relieve la desviación en la muestra hacia personas que ya han sufrido algún ataque terrorista. Incluso investigadores norteamericanos vinculados al Partido Demócrata y pertenecientes a la Brookings Institution avisan del error de la cifra y sitúan los muertos en la franja de los 60.000, diez veces por debajo de lo publicado en el Lancet.

Pero todo eso puede que sólo le importe en el PSOE a alguien como Alfonso Guerra, experto encuestador. A Rodríguez Zapatero y a Pepiño Blanco no les interesa la verdad, sino la ocultación, la mentira y hacer ruido contra sus adversarios políticos.

De lo que no se ha dado cuenta el señor Blanco es de su total incongruencia. Porque si aceptáramos como válida su cifra, eso significaría automáticamente que en el 2007 se está produciendo una asombrosa mejoría en Irak, porque estaríamos muy pero que muy lejos de los 60.000 muertos que, según los datos de Pepiño, deberían haber fallecido ya por estas fechas. Y que no lo han hecho, muy al contrario. Y si, según sus datos, Irak está mejorando, eso significaría que la intervención empezaría a dar sus buenos frutos, ¿no? Y además, él, que tanto se preocupa ahora de las víctimas en Irak, ¿qué es lo que está haciendo por ellas? Al igual que con los números del sábado, el PSOE sabe muy bien que se equivoca con las cifras de Irak. Pero sólo creen en los que les conviene.

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