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TRADICIONAL AMISTAD HISPANO-ÁRABE

Cuando España agasajó a Sadam Husein

El hambre lleva a los hombres a hacer locuras. Y la sed de petróleo a las naciones. Cuando Irak ya era una dictadura dirigida por el partido Baaz, los gobernantes europeos y americanos se disputaban a Sadam Husein para pedirle petróleo y venderle armas y centrales nucleares. En 1974 vino a España y el Gobierno tiró la casa por la ventana para agasajarle.


	El hambre lleva a los hombres a hacer locuras. Y la sed de petróleo a las naciones. Cuando Irak ya era una dictadura dirigida por el partido Baaz, los gobernantes europeos y americanos se disputaban a Sadam Husein para pedirle petróleo y venderle armas y centrales nucleares. En 1974 vino a España y el Gobierno tiró la casa por la ventana para agasajarle.

En los años 70 Irak era una estrella ascendente en las relaciones internacionales: laico, socialista y militarista, tenía unos inmensos recursos petrolíferos y una capital, Bagdad, con grandes autopistas y que se estaba convirtiendo incluso en un destino turístico. Más fiable que Egipto, que oscilaba entre Occidente y el bloque socialista, menos exaltado que la Libia de Gadafi, menos reaccionario que el Irán del sha y el Marruecos de Hasán, más tolerante con el alcohol y las mujeres que Arabia Saudí, en el Líbano había más discotecas y menos uniformes, pero Irak tenía mucho más petróleo.

En 1968 el Baaz había tomado el poder mediante un golpe de estado. El hombre fuerte del régimen era el vicepresidente Sadam Husein. Con el ascenso de los precios del petróleo en 1973, un chorro de dinero empezó a entrar en el país, y los occidentales mostraron que estaban dispuestos a vender sus principios a cambio de petroleros.

Francia negoció con Irak la compra de centrales nucleares. Sadam Husein fue recibido por el presidente Valery Giscard d’Estaing y el primer ministro Jacques Chirac. La URSS, Alemania, Estados Unidos y otras potencias vendieron a Bagdad armamento y plantas industriales de todo tipo. Otro canalla que también visitaba las capitales de los países libres era el tirano comunista rumano Nicolae Ceaucescu, al que se recibía con alfombra roja porque pagaba sus deudas internacionales y se pensaba que era un comunista bueno, ya que de vez en cuando pronunciaba alguna frase contra los rusos.

En octubre de 1973 los países árabes pactaron una subida del precio del petróleo en represalia por la victoria militar de Israel en la guerra del Yom Kippur. La histeria se desencadenó en todo Occidente, y los países industrializados corrieron a cortejar a los gobernantes de los países productores para asegurar la arribada de petroleros a unos precios favorables. España invocó entonces su tradicional amistad hispano-árabe y el anticomunismo compartido con muchas monarquías y repúblicas de Oriente Próximo.

Recibido por el príncipe Juan Carlos

En diciembre de 1974 Sadam Husein vino a España de visita oficial. Le recibieron el jefe del Estado, el general Franco; el presidente del Gobierno, Carlos Arias Navarro, y el príncipe de España y sucesor de Franco a título de rey, Juan Carlos de Borbón y Borbón. De todas esas reuniones hay numerosas fotos y reseñas en la prensa.

Arias Navarro declaró que el español y el iraquí eran "dos pueblos destinados a caminar juntos". Frase con la misma construcción que la que pronunció el sultán Hasán II sobre que España y Marruecos estaban "condenados a entenderse".

El periodista monárquico Julián Cortés Cavanillas escribió con el seudónimo Argos una columna aduladora en el ABC: calificó a Husein de "hombre de leyes" dotado de una "relevante personalidad", y aseguró que alguien "tan inteligente" estaba movido por "una profunda pasión por la justicia social". Durante la visita privada que hizo a Toledo, Córdoba y Granada, el obispo de Córdoba llegó a permitirle el rezo en la catedral.

Husein se había ganado el favor de las autoridades, los empresarios y los creadores de opinión patrios cuando, el año anterior, envió a España 30.000 toneladas de petróleo. Gratis. Irak era el tercer abastecedor de petróleo, y en ese momento iba a disponer de mucho dinero para invertir en infraestructuras, buques, armamento, etcétera.

Las excelentes relaciones del Irak baazista con España se mantuvieron con el cambio de régimen y los Gobiernos democráticos de la UCD y el PSOE. En 1978 Adolfo Suárez le concedió el Collar de la Orden del Mérito Civil. Nuestros gobernantes hicieron en los años siguientes cosas más útiles y rentables a favor de Husein.

Armas españolas para Irak

En julio de 1979 el joven y prometedor Husein ascendió, con 42 años, a la presidencia de la república iraquí. En enero del mismo año el sha huyó de Irán ante el triunfo de la revolución islámica. Las rivalidades entre Irán e Irak existen desde antes de la independencia de este último país, ya que ambos se encuentran en la divisoria entre el mundo árabe y el persa y entre el islam sunita y el chiita. En 1971 Bagdad había roto las relaciones diplomáticas con Teherán debido a disputas territoriales; el régimen de los ayatolás añadió a las diferencias tradicionales la propaganda religiosa, que Husein temía causase la sublevación de los chiitas iraquíes.

El 16 de septiembre de 1980 Husein ordenó a sus tropas que invadiesen Irán. La operación fue un fracaso, los iraníes contraatacaron y la campaña se convirtió en una guerra de trincheras similar a la de la Gran Guerra en Flandes y Francia, a lo largo de 300 kilómetros y durante ocho años.

Prácticamente todos los países vendieron armas a Irak (Francia, Alemania, Italia, la URSS, Estados Unidos) o le dieron dinero (Arabia Saudí, Kuwait) para comprarlas. España también hizo negocios con Bagdad. Con permiso del Gobierno, la empresa pública CASA vendió a Husein 24 helicópteros BO-105. También ganaron lo suyo la vasca Expal (Explosivos Alaveses) y Explosivos Río Tinto.

Según el Sipri (Instituto de Investigación Internacional de la Paz de Estocolmo), el suministro de armas españolas a Irak no se interrumpió en ningún momento durante la guerra, y alcanzó un valor de 11.500 millones de pesetas entre 1983-87. Al año siguiente, 1988, se descubrieron cuatro cargamentos ilegales de armas para Bagdad en sendos buques que zarparon de los puertos de Barcelona y Santander con destino oficial en Jordania y Grecia.

En 1990 el Gobierno socialista detuvo la exportación de varias partidas de armas españolas, que ya estaban listas para salir hacia Irak, cinco días después de la invasión de Kuwait, cuando el Consejo de Seguridad de la ONU aprobó un embargo comercial.

Qué sorpresa se llevaría Sadam Husein cuando esos españoles tan amables y a los que pagaba puntualmente enviaron una flotilla de buques de guerra y unidades especiales de soldados a participar en la guerra de 1990-1991. Y qué papelón el de quienes agasajaron a Husein cuando realizó su única visita a España. Una cosa es ser amable con quien haces negocios y otra cosa es cubrirle de elogios hasta caer en el ridículo.

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