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Ignacio Villa

El error llama al error

Izquierda Unida, inmersa como está en el caos interno más absoluto, comienza a mostrar algunos gestos para intentar reconducir la situación. Quiere ofrecer algunas señales de humo que se pueden traducir como un deseo de volver a la cordura democrática. Comienzan a percibirse algunos movimientos con los que parece que pretenden volver a estar en el tablero de los partidos políticos nacionales. Hasta aquí, una primera impresión, un primer golpe de vista que después no es respaldado por la realidad. En política, es inevitable: el error llama al error.

Para empezar, habrá que recordar al camaleónico lider de Izquierda Unida que cuando se habla de luchar contra el terrorismo no hay estrategias, no hay letra pequeña, no existen los matices. Hay una posición única e intocable. Hay una línea que divide claramente a los que defienden los principios de paz y libertad, de los que se mueven en la duda y en la confusión haciendo el trabajo sucio al terrorismo. Sería bueno que Gaspar Llamazares tomara nota de que si su coalición quiere cambiar de frente, deberá hacerlo con todo el equipo. No son suficientes los buenos gestos o estrategias pasajeras, hacen falta actitudes de fondo. Si Izquierda Unida no está dispuesta a apoyar sin fisuras una unidad de acción del Partido Popular y del Partido Socialista, es mejor que se queden en su casa, consumiéndose en sus propios errores. Y sinceramente, la deplorable gestión de Llamazares desde su aterrizaje como Coordinador general nos sugiere que nada bueno puede salir de este aparente cambio de aires.

A Gaspar Llamazares, que se ha caracterizado por pulverizar como nadie los apoyos electorales conseguidos en el año 2000, le ha entrado de pronto un "ramalazo" de oficialismo preocupante: en menos de 24 horas va a estar en el Palacio de la Moncloa y en Génova 13. ¡Quién le ha visto y quién le ve!. ¿No será que ha caído en la cuenta de la desastrosa gestión que está realizando en la Coalición? ¿No será que ha decidido cambiar de estrategia ante la evidente desaparición de su formación política? En fin, ha cometido un error entrando en la dinámica soberanista de Ibarretxe al dejar al "compañero" Madrazo que dilapidara una trayectoria política que Izquierda Unida había mantenido en otros tiempos, ha cometido otro error pensando que en la lucha contra el terrorismo es suficiente un cambio en los gestos externos y, por último, cometería un error definitivo si estos amagos de cambio se deben a una nueva estrategia en busca de los votos triturados en estos últimos dos años. Llamazares vive inmerso en la estrategia del error y parece muy contento con ella. Lo dicho, el error llama al error.

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