Menú
Ignacio Villa

El fantasma de la abstención

La carrera electoral en la Comunidad de Madrid ya ha comenzado. Cuando falta casi un mes y medio para la cita con las urnas, los partidos políticos, sabiendo lo mucho que se juegan, han puesto en marcha todas sus maquinarias. Populares y socialistas son conscientes que esta vez, más que nunca, la batalla de Madrid se ha convertido en un punto crucial para el futuro político inmediato. Por razones bien diferentes, por motivos bien contrapuestos, unos y otros se la juegan en Madrid. Y por lo tanto, el 26 de octubre se presenta como el arranque para unos y el final para otros.

Hay muchas razones que explican que la batalla va a ser "a cara de perro" en la Comunidad madrileña, pero por encima de esos motivos políticos hay una preocupación generalizada que podría ser decisiva en los resultados: una alta abstención. Después de semanas y semanas de un lamentable espectáculo en la Asamblea de Madrid, los ciudadanos madrileños –afectados directamente por lo ocurrido– han caído en un profundo desencanto hacia la clase política. Pérdida de credibilidad en las Instituciones, asombro ante la caradura de muchos políticos, estupor ante los cambios de actitud del Partido Socialista y de Izquierda Unida, son algunas de las reacciones generalizadas que se han podido percibir en la sociedad madrileña.

Es cierto que entre los ciudadanos de la Comunidad de Madrid hay una opinión extendida y generalizada de que el único culpables de lo ocurrido es el Partido Socialista, que incluyó en sus listas a Tamayo y Saez. Es verdad, también, que Izquierda Unida, por su complicidad permanente y por su egoísmo político, sale muy deteriorada en la opinión ciudadana. Pero el análisis correcto no estaría completo si no explicamos que este desencanto general puede afectar directamente al Partido Popular. Dicho de otra forma, los populares podrían verse afectados de forma negativa si se registra una alta abstención el día de las elecciones. No es casualidad que el pasado domingo, en la presentación de Esperanza Aguirre como candidata del PP a la Presidencia de la Comunidad de Madrid, todos los líderes populares insistieron en el mismo mensaje: realizar una gran movilización general de sus votantes para frenar a Simancas. En sus distintas intervenciones, Aznar, Rajoy, Rato y Aguirre insistieron en lo mismo: el 26 de octubre hay que votar. Y es que la dirección del PP sabe que su éxito va a llegar por ahí.

Una alta participación, una gran movilización del voto daría la victoria a los populares; lo contrario sería volver a las andadas. Y es que no hay que engañarse. Rafael Simancas, antes del 25 de mayo, no transmitía a la sociedad ninguna señal de confianza y de eficacia en la gestión política. Pero visto lo visto, y después de ver su reacción rastrera en la crisis de la Asamblea, el líder de la FSM lo que provoca ahora en muchos ciudadanos es un profundo pavor. ¿Se figuran a este elemento gobernando en la Comunidad Autónoma más rica de España? ¿Se figuran el mangoneo partidista del que es capaz el mismo que incluyo a Tamayo y Sáez en sus listas? ¿Se imaginan hasta dónde puede llegar este personaje en la manipulación y en el trapicheo político? Pues el peligro que significa Simancas está en la calle; aunque eso sí, tiene un fácil remedio: combatir el fantasma de la abstención.

Además, en este análisis general no puede faltar una anotación. En Madrid, Rodríguez Zapatero se juega mucho. Si el Partido Socialista pierde estrepitosamente, Zapatero comenzará de forma irreversible la cuesta abajo hacia el final. Zapatero, que ha cometido errores de libro en la crisis madrileña –criticados desde su propio partido– ya no tiene más cheques en blanco. El 26 de octubre puede comenzar a vivir ya de forma efectiva sus últimos meses como líder socialista. En cuanto a Mariano Rajoy, una victoria en Madrid le vendría como anillo al dedo. Sería un buen premio a su liderazgo y sería también un mensaje de tranquilidad y de continuidad para los suyos. Es cierto que sí el PP no gana, Rajoy puede amortiguar el golpe; pero una victoria en Madrid sería un espaldarazo muy importante. En fin, como ven, Madrid se ha convertido en una pieza importante y clave para unos y para otros. Es quizá por ello que la abstención es un verdadero y preocupante fantasma que entre todos habrá que espantar.


En España

    0
    comentarios