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Ignacio Villa

Mentiras de colegial

Tanta mentira, tanto dato equivocado es un síntoma claro de descomposición en la que se encuentra este Ejecutivo

Ya hemos perdido la cuenta de los renuncios de este Gobierno. Con tanta mentirijilla ya no sé dónde vamos a llegar. Ahora resulta que la vicepresidenta de la Vega dice que ha hablado con Mariano Rajoy sobre el Estatuto catalán. E inmediatamente después desde el Partido Popular se ha negado rotundamente ese extremo. No hace muchos días, la propia de la Vega criticaba a Mariano Rajoy por no haber pisado Ceuta y Melilla cuando era vicepresidente del Gobierno, poco después una rápida consulta a la hemeroteca volvía a demostrar otra mentira del Gobierno.
 
Tanta mentira, tanto dato equivocado es un síntoma claro de descomposición en la que se encuentra este Ejecutivo. Uno puede ser inepto en la gestión, sectario en los objetivos e incluso vago en el trabajo. Pero cuando un Gobierno es incapaz de defender los intereses de España y además no dice la verdad y miente como un colegial es que estamos en el mal camino. Es más, a un Ejecutivo se le permite incluso intoxicar. Forma parte del juego. Sí alguien pica es su problema. Pero cuando, un día tras otro, nos encontramos con estas mentiras simples y ramplonas es que en Moncloa tiene que haber mucho, pero que muchísimo, desconcierto.
 
Tanto cambio de la realidad, tanto olvido intencionado y tanta historia que no se corresponde con lo ocurrido, no son una simple casualidad. ¿Qué le está pasando a la vicepresidenta del Gobierno? Cada vez más nerviosa en las ruedas de prensa, cada vez más torpe en las respuestas, cada vez más confusa en las ideas, cada vez más incorrecta en los datos, cada vez más huidiza de las complicaciones, cada vez más amiga de esas "dichosas mentirijillas".
 
El Gobierno tiene muchos y variados medios para hacer frente a sus propios errores. Entre otros tiene a su disposición a todos los medios de comunicación públicos. Por eso, quizá no se entiende como ante la evidencia de la caída libre en la que se encuentran prefiere recurrir a la zafiedad de esconderse detrás de los datos incorrectos. Las mentiras de colegial no son la solución.

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