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Ignacio Villa

Vuelve la persecución

¿El Gobierno mantiene también ese control sobre el ruido de la manifestación que se organiza el día del orgullo gay? ¿Mide acaso lo que gritan los liberados sindicales en las manifestaciones del 1 de mayo?

A Zapatero le molestan las víctimas del terrorismo. Le molestan desde el principio de la legislatura, y le molestan más ahora que se encuentra en pleno proceso de rendición ante ETA. Durante mucho tiempo, el rector Peces ocupó la plaza de comisario para el control político de las víctimas. Ahora que se ha ido, es evidente que detrás de toda la estrategia para desprestigiar y hundir a las víctimas se encuentra Rodríguez Zapatero.

La convocatoria de una nueva manifestación de víctimas del terrorismo en Sevilla para el próximo 1 de octubre ha vuelto a poner nervioso al Gobierno y especialmente a su presidente. Rodríguez Zapatero, sin el parapeto de Peces, ha quedado al descubierto. Y es que ha vuelto a poner en marcha la persecución contra la AVT.

Una vez conocida la convocatoria de la manifestación, y en plena tramitación de los permisos de la marcha, irrumpe el delegado del Gobierno en Andalucía, es decir, el delegado de Zapatero, advirtiendo que se medirán los decibelios de los gritos y protestas de los manifestantes el 1 de octubre. Es una provocación más de un Gobierno que ha perdido la calle hace mucho tiempo y que no sabe qué hacer para callar a las víctimas del terrorismo que no sea ordenárselo directamente.

Ante esta repentina preocupación por la contaminación acústica de las manifestaciones, es obligado hacerse algunas preguntas. ¿El Gobierno mantiene también ese control sobre el ruido de la manifestación que se organiza el día del orgullo gay? ¿Mide acaso lo que gritan los liberados sindicales en las manifestaciones del 1 de mayo? Es evidente que no, por lo que parece evidente que nos encontramos de nuevo ante una nueva persecución a las víctimas del terrorismo. Aunque esta excusa del ruido es cierto que nos suena de antiguo. Recuerden cuando el Fiscal General del Estado justificaba la detención ilegal de dos militantes del PP, en el famoso "caso Bono", por una supuesta "actitud vociferante". ¿Se figuran ustedes que puede pasar en Sevilla si la "doctrina Conde Pumpido" se aplicara a rajatabla? No íbamos a encontrar hueco en las comisarías de la capital andaluza para tantas detenciones.

El ataque a la libertad que este Gobierno ejecuta sin rubor que es como para asustarse. Prohibir que se grite en una manifestación es, directamente, destruir el derecho a manifestarse. Parece que Zapatero quiera volver a los años de hierro, los del "algo habrá hecho". Pero se equivoca si persiste en perseguir así a las víctimas, porque lo que hace es perseguir a la mayoría de los españoles, que estamos con ellas. Pero no parece dispuesto a rectificar.

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