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Maite Nolla

Barato, barato

Rubalcaba no sólo se queda sin nada que ofrecer, sino que se queda sin nada que el PP no pueda ver y doblar.

Rubalcaba sabe cómo resolverlo. Desde luego es un buen lema para los carteles lectorales. Da igual de qué se trate. Como todos los charlatanes, el candidato Alfredo tiene soluciones para todo y, además, todo barato, barato. Así, el último problema que estaba esperando la solución de Alfredo para dejar de ser un problema es el asunto catalán. Pensábamos que los socialistas habían conseguido poner las bases para el encaje del nacionalismo en España, después del insufrible proceso de reforma estatutaria y después de haber hecho pasar por constitucional una norma inconstitucional, y resulta que el problema sigue ahí. Pero como nadie ha demostrado mayor sensibilidad con Cataluña que Alfredo, para implementar su hoja de ruta ya se ha reunido con Mas y con Duran ofreciéndoles las prebendas habituales en estos casos cuando uno quiere granjearse apoyos presentes o futuros; aunque eso suponga dejar colgada de la brocha a la ministra Salgado, que resulta ser una de sus asesoras en esta nueva andadura. A nadie se le había ocurrido antes la brillante idea de que para contentar a los nacionalistas hay que darles lo que pidan, y cuando pidan más hay que darles más. Inteligencia superior.

Al margen de la propinilla que pueda servir al PSOE para no tener que convocar elecciones antes de marzo, y de que si hay alguien capaz de ofrecer cualquier cosa en cualquier momento a cualquiera, ése es el candidato socialista, el plan de Rubalcaba cuenta con algunos obstáculos futuros, como es que con ciento treinta diputados puede que no tenga nada que ofrecer. O que CiU quiera esperar al nuevo Gobierno. O que quieran guardarse la carta de la petición del conciertazo económico para el PP, aunque sólo sea para mantener la tensión y el victimismo, especialmente si hay mayoría absoluta. O que necesiten al enemigo exterior para seguir culpando al tripartit y a España de los problemas económicos de la Generalitat. Pues como les decía, al margen de todo eso, el verdadero problema para el candidato es que lo que Rubalcaba ofrece a CiU también se lo ofrece el PP. Es cierto que la imaginación nacionalista para pedir es inagotable, pero el PP no ha puesto reparo alguno en los asuntos que interesan a los nacionalistas. En lo del Fondo de Competitividad, el PP no sólo apoya la postura de CiU, sino que la Comunidad de Madrid ha presentado incluso un recurso contencioso-administrativo para que el Estado lo pague. El PP en Cataluña está apoyando todas las medidas del Gobierno de Mas y todas sus reivindicaciones. Y en la gran cuestión "nacional" para los próximos años, que es el pacto fiscal o el concierto económico o como lo quieran llamar, Rajoy ya ha dicho que se va a hablar con todos de todo. Con lo cual, Rubalcaba no sólo se queda sin nada que ofrecer, sino que se queda sin nada que el PP no pueda ver y doblar.

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