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Thomas Sowell

Juegos de palabras

Unos cuantos pueden ser cautivados por las palabras de trileros, por aquí y por allá, pero la tragedia más relevante es que millones más son cautivados por las palabras de los políticos, los trileros entre los trileros.

¿Alguien trabajaría para financiar sus gastos o los de su familia y luego entregar una porción importante de ese dinero duramente ganado a otro sólo por las palabras utilizadas por ese alguien?

Unos cuantos pueden ser cautivados por las palabras de trileros, por aquí y por allá, pero la tragedia más relevante es que millones más son cautivados por las palabras de los políticos, los trileros entre los trileros.

¿Cómo logran los políticos que la gente les entregue su dinero? Un ejemplo puede encontrarse en un artículo reciente titulado "El nexo autismo-ayuda social", firmado por Paul Sperry en el Investor's Business Daily

El autismo genuino es un diagnóstico verdaderamente trágico, tanto para los interesados como para sus familias. Pocas personas pondrán reparos a la idea de que tanto donaciones voluntarias como gasto público sean también destinados a ayudar a los que sufren autismo.

El autismo, sin embargo, lleva años siendo definido de forma cada vez más amplia. Lo que fue descubierto y definido por autismo allá por 1943 es solamente uno de los múltiples cuadros que hoy se incluyen como parte del "espectro del autismo". Muchos, por no decir la mayoría, de estos diagnósticos distan mucho de ser tan graves como el autismo, o estar al menos igual de claramente definidos. 

La creciente cifra de hijos acompañada de una definición de autismo cada vez más amplia e indefinida ha sido pregonada a través de todo el país por los medios de referencia como "una epidemia" de casos cada vez más numerosos de autismo. Antes de 1990, un menor de cada 2.500 era diagnosticado autista. Este año, se habla de uno de cada 88. 

Como señala Paul Sperry en el Investor's Business Daily, "la cifra de casos de desórdenes del lenguaje viene cayendo en picado a medida que los casos de autismo han proliferado, lo que sugiere que simplemente un desorden ha sido sustituido por otro". 

Habiendo escuchado a lo largo de los años a muchos padres de menores con problemas de lenguaje decir que han sido alentados a dejar que sus hijos fueran diagnosticados autistas con el fin de recibir ayudas públicas o dinero del seguro para financiar problemas de lenguaje, las conclusiones de Sperry no me sorprenden en absoluto. 

Cada dólar destinado a menores diagnosticados falsamente autistas es un dólar perdido –y necesitado con urgencia– a la hora de paliar problemas graves de menores genuinamente autistas. Pero el dinero que se añade a los presupuestos destinados al autismo es dinero que se puede repartir entre la gente, con la expectativa de recibir su voto en unas elecciones.

Otro ejemplo de palabras que sustituyen a las realidades fue la portada del número de USA Today del 24 de mayo, que muestra que la estadística oficial de la deuda nacional solamente contabiliza la cuarta parte más o menos de lo que debe realmente el Estado. Ni la sobrecogedora deuda nacional oficial es la noticia entera literalmente.

Con el reglamento contable ordinario, el dinero que se promete a la población en forma de pensiones en el momento de la jubilación se contabiliza como parte de la deuda de una empresa o de cualquier otra entidad. Pero puesto que el Congreso promulga las leyes, los miles de millones de dólares que se deben a la población a pagar a la seguridad social no se tienen que contabilizar como parte de la deuda federal del Estado. 

Cuando usted y yo tenemos deudas, tenemos deudas –y sufriremos las consecuencias si no pagamos–. Pero nosotros no somos el gobierno federal y no podemos promulgar nuestros propios reglamentos contables. 

El mayor de los fraudes quizá cometido a base de definir las palabras son los múltiples usos fraudulentos de la palabra "pobre". 

Durante la mayor parte de la historia de la raza humana definir quién era "pobre" no revestía ningún problema. Era la gente que no tenía suficiente para comer, que a menudo no tenía la ropa adecuada para protegerse de las inclemencias del tiempo, y que normalmente vivían hacinadas como sardinas en lata en estancias sin la ventilación adecuada durante el verano o sin la calefacción adecuada en invierno, y también carentes quizá de cosas como electricidad o sanitarios. 

En la actualidad, la mayoría de los declarados oficialmente "pobres" no tiene ninguno de estos problemas, y la mayoría hoy tiene comodidades como aire acondicionado, un coche o camioneta, un microondas y muchas otras cosas que en tiempos definieron la vida de la clase media. Los estadounidenses en condiciones de pobreza hoy viven en más metros que el europeo medio.            

¿Por qué se les llama "pobres" pues? 

Por la misma razón que el autismo, la deuda nacional y otras muchas cosas son definidas de maneras totalmente engañosas –léase para sustraer más dinero a la opinión pública en forma de impuestos, para ampliar el tamaño del Estado o para permitir que los políticos repartan dinero entre la población de la que esperan recibir su voto en el momento de la relección–.            

Si nosotros seguimos tragando, los políticos lo van a seguir diciendo.

© 2012, Creators Syndicate Inc.

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