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EDITORIAL

¿A quién pretenden engañar Zapatero y Moraleda?

Es evidente que la indignación del Rey venia de largo, y nadie se puede creer que no se la transmitiera a Zapatero mucho antes de que este pidiera un tardio y retórico respeto para Aznar, que tanta sorpresa causó al caudillo venezolano

Hace pocos días expresábamos en estas mismas páginas nuestra convicción de que "Zapatero jamás habría pedido respeto para Aznar en el caso de no estar acompañado por el Rey". Esta impresión de que Zapatero no quería arriesgarse a que una "explosión de dignidad nacional del Rey conectara con la del mayoritario sentir de los españoles, dejándole a él fuera de juego" ha venido confirmada por un testimonio, desvelado en el programa La Mañana de la Cadena COPE y que tiene como fuente a dos jefes de Estado iberoamericanos, según el cual la defensa de Aznar por parte del presidente del Gobierno fue instada por el Rey, hasta el punto de advertirle que, de no hacerlo, se "levantaría y abandonaría la mesa".

Por mucho que el secretario de Estado haya salido rápida y "cordialmente" a desmentir esta noticia, su intento de hacernos creer que la intervención de Zapatero fue de motu proprio simplemente no se sostiene. El presidente del Gobierno tiene mucha más libertad para hacer frente a los ataques de otro dirigente que la que tiene el Rey. Y no lo hizo, pese a las durísimas y públicas diatribas contra Aznar que habían hecho los dirigentes Chávez y Ortega con anterioridad. Es evidente que la indignación del Rey venia de largo, y nadie se puede creer que no se la transmitiera a Zapatero mucho antes de que este pidiera un tardío y retórico "respeto" para Aznar, que tanta sorpresa causó al caudillo venezolano. Prueba de que esa intervención de Zapatero no la hizo por propia iniciativa es que Chavez ha dejado al presidente al margen en su escalada de insultos contra España y contra su Rey.

Ya dijimos que, por razones de cortesía, Aznar no tenía más remedio que extender su agradecimiento a Zapatero, pero eso no obsta para que todos tengamos muy claro que esa defensa del ex presidente tuvo como instigador a don Juan Carlos. Prueba de ello es que tras esa intervención, Zapatero y su Gobierno han vuelto a la indisimulada condescendencia hacia Chávez, a pesar de que la retahíla de ataques del gorila rojo ha ido a más.

Aunque el Gobierno no se atreva a dar el paso de considerar "agresiva" la intervención de don Juan Carlos, tengamos todos presente que así lo considera, no ya sus secesionistas socios de Gobierno, sino una pregunta registrada en el Congreso por un diputado de Los Verdes adscrito al propio grupo socialista.

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